VOLVIENDO A TI (Everlark)

69. Origen

CAPÍTULO 69: ORIGEN

POV PEETA

(Este capítulo puede sufrir modificaciones. 

Considerenlo temporalmente como una primera parte.)

−¿Deberíamos buscar a Johanna? –pregunto cuando estamos por salir del compartimento de Haymitch.

−No creo que sea lo mejor, chico. Sabes lo abiertamente que ha declarado su odio hacia Snow, ella abrirá la boca en el momento más inoportuno. Su tortura es tan reciente que no podrá controlarse. Por desgracia, no tiene tu buen temperamento. Es extremadamente impulsiva. Incluso aunque no la acuse, seguramente la buscara para recriminarle cosas y el Trece lo terminará descubriendo. No nos conviene. Hablemos solo Katniss y Annie, es más fácil tratar con ellas.

−Pero ¿no crees que será peor si se entera por terceros? –pregunta Finnick.

−Si ninguno de ustedes abre la boca, no se enterará. Por ahora solo preocúpense por contarle todo a sus parejas como Peeta y tú dijeron. No debe haber secretos en un matrimonio. Y tú Finnick, hiciste bastante mal en no avisarnos lo que sucedía aquí.

−Lo siento, no sabía qué hacer con la información aún.

No creo que tengas mucho derecho a juzgarlo cuando tú le ocultaste a todo el mundo que Lucy era nuestra vencedora... por casi veinticinco años. Y aparte de eso, nos ocultaste el plan de rebelión, lo que fue peor. Pienso.

−Pero Peeta, sí.

−Yo aún no sé qué hacer –confieso–. Solo sé lo que no voy a hacer.

−Recurrir a la venganza. Sí, lo sé chico. Eso no va contigo, salvo que ataques a quien le haga daño a la Preciosa de forma directa. Eres un asesino, pero no uno despiadado. Necesitas tener tus motivos, tus razones para actuar –agrega mi mentor.

−Hace tiempo que quiero enfrentar a Plutarch por esto –dice Finnick–. Creo que este es el momento ideal.

−Y lo tendremos en nuestras manos ahora que tenemos la confirmación de que no es completamente leal a los rebeldes. Tal vez sea bueno tener un aliado por si algo malo nos pasa aquí en el Distrito Trece, solo por si acaso –digo yo.

−Llegué a pensarlo. De hecho, noté actitudes raras en él mientras ustedes estaban secuestrados, él se ponía mucho de nuestro lado y sus expresiones eran del todo menos negativas con nosotros. Fue muy inteligente a la hora de ganarse la confianza de Coin o convencerla cuando nosotros le pedíamos algo a la Presidente del Trece. Luego de una charla seria con él, ella cedía. Posiblemente ustedes no estarían ni siquiera vivos si no fuera por Heavensbee y su intervención a nuestro favor. Era casi como si él hubiera estado esperando que uniéramos fuerzas y nos rebeláramos contra Coin –confiesa Finnick.

−Ahora entendemos porque –acepta Haymitch.

Una vez que llegamos a nuestro piso. Finnick ofrece su lugar para hablar. Abre la puerta sin llamar con el lector de tarjeta y pulgar y nos encontramos a Annie y Katniss viendo unas revistas de moda que seguramente les dejó Effie para que fueran viendo la ropa para embarazadas y bebé que ella y el equipo de vestuario podían llegar a hacerles a medida durante cada etapa.

Ambas dejan de hablar tan pronto como nos ven entrar y se levantan del sofá en el que están sentadas y caminan hasta Finnick y yo.

−¿Sucedió algo? –preguntan ambas al mismo tiempo preocupadas.

Debieron estar cuestionándose el motivo de nuestra desaparición a un horario que no es el habitual para las actividades del distrito. Yo no digo nada, solo me acerco a Katniss y la abrazo apoyando mi cabeza en el hueco de su cuello y absorbiendo el aroma floral y fresco de su piel. Huele tan bien que consigue calmarme, aunque mi corazón responde al contacto físico con latidos desesperados cuando ella ubica sus brazos en mi espalda.