No acercarse a Darek

La chica

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Buenas, grises mías como vi que varias de ustedes no tienen Insta he decidido subir por aquí el punto de vista de Darek en el primer capítulo. Aclarado esto, disfruten. ❤

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Narrado por Darek Steiner: 

Este año tenía un propósito: descifrar cuál es mi manera de sentir.

Es que por años me he cerrado a lo que siento porque no sé mostrar quién soy sin despedazarme a mitad de camino. Nunca me han pedido que me quede y yo solo sé irme sin hacer ruido, tampoco me he entregado a sentir porque lo único que hago es cometer el acto egoísta de encerrarme en los muros de mi soledad sin tener ganas de volver a juntar los pedazos de mi alma cuando alguien más me desprecia por quien soy. Por todo eso, me perdí y ya no sé ni cómo sentir.

«Las personas heridas sienten de una forma diferente», esas fueron las palabras que usó Harry en la última visita que me atreví a hacerle.

Harry sabe tanto de mí que podría enviarme a prisión con solo levantar un teléfono, sin embargo, y para mi sorpresa, ha optado por escucharme sin juzgarme ni una sola vez y todas las veces que he perdido el control ha sabido mantener la calma, aún y cuando es consciente de que en mi delirio podría arrancarle el corazón a sangre fría.

«Darek, permítete sentir de la forma que quieras, pero no dejes de sentir», agregó casi en una súplica.

Le hice caso y le puse color a mi pelo.

Mi cabello ahora va teñido de gris, quizás para simbolizar el color que le veo a la vida, porque, a diferencia de muchos, que aseguran que la vida es de colores, yo estoy convencido de que en el mejor de los casos es de un gris ceniza. Esta ha sido mi manera de exteriorizar un poco lo que siento con respecto al mundo que me rodea, tal vez nadie lo note, tampoco quiero que lo hagan.

Empezar un nuevo año escolar está lejos de emocionarme. Años tras años he comprendido que nada cambia, algunos pocos pretenden que sus vidas serán distintas al comenzar de cero con sus nombres apuntados en una lista a la que nadie le importa en lo más mínimo.

Claro que mi vida no va a cambiar este año, pero la vida de ella sí lo hará y yo voy a ser el causante de que así sea.

Tardé gran parte de mi vida en admitir que alguien me hace sentir, pese a que aún no consigo descifrar de dónde nace esa extraña sensación, la chica que he admirado de lejos por años, que con una sonrisa paraliza mi vida, que me hace sentir sin siquiera saber que mi corazón está cubierto con un chaleco antibalas que solo ella atraviesa con el choque de sus ojos contra los míos, ella no lo sabe, pero tiene un lugar en la oscuridad de mi alma, queriendo que sea la primera persona a la que toque sin dañar.

Harry estará orgulloso de mí al saber que por fin me estoy permitiendo sentir aún y cuando mi pecho tiembla de miedo al saber que podría terminar como Sodoma, completamente destruido.

Me meto dentro del autobús luego de haber pasado un día entero conviviendo con personas que causan que mi Misofonía se dispare a un nivel casi enloquecedor, ahora lo único que deseo es sentarme, ponerme los audífonos y olvidarme de que mi vida depende de un montón de pastillas.

Sin hacer contacto visual con nadie, me deslizo por el estrecho pasillo del autobús, la verdad es que no tengo ni puta idea de qué asiento me toca ocupar, es por esto que me hundo en el primer lugar que veo vacío, sin prestar atención de quién va a mi lado.

Apenas mi cuerpo toca el cuero que recubre el asiento, busco mis audífonos en el bolsillo de mi pantalón y al estar a un segundo de insertar los casco dentro de mis oídos, una voz a mi lado se oye:

—Me gustas, me gustas... desde hace mucho tiempo y me gustaría preguntarte...¿si te gustaría salir conmigo?

Mis ojos entonces se concentran en el rostro de la chica que habla, solo puedo ver parte de su perfil, ya que está con su cabeza girada con dirección a la ventana, poco a poco se va girando y en segundo que sus ojos golpean los míos un torbellino de emociones se fusionan en mi interior. Es ella.

Solo hay un detalle en todo esto: yo soy el chico que le gusta. Lo sé por la forma en la que sus pupilas se dilatan como si ellas expresaran un gran: «me he equivocado»

Ahora quisiera ignorar la ágil habilidad que tengo para leer el lenguaje no verbal de los demás, para así ignorar el hecho de no ser yo el chico al que ella en verdad expresarle tal confesión.

Si en este instante el diablo aparece frente a mí no le daría tiempo de debatir, sin dudar aceptaría venderle mi alma solo para poder estar con ella.

El único detalle es que yo no puedo darle el "felices para siempre" que ella espera recibir y ha sido por esto que por años no me he atrevido a decirle que es la chica que provoca que mi corazón viva cuando ya daba mi alma por muerta.