Cuando has crecido con la creencia de que en cualquier momento serás reemplazada, dañada o dejada a un lado es muy difícil procesar que alguien hace algo para hacerte sentir especial. Es tonto, pero tu capacidad de sentirte amada de verdad se deteriora de una manera tan dolorosa que de alguna manera sientes que luego de recibir una pizca de amor se volcará sobre ti un desastre natural que te dejará en ruinas. Supongo que es debido a esto que no termino de creer las palabras que se han deslizado desde los labios del chico que me mira a los ojos de hito en hito.
La respiración se me atora en los pulmones, mas desde algún lugar encuentro voz.
—¿Hiciste... esto por mí?
Ladea solo un poco la cabeza.
—Créeme, lo hice solo por ti.
Por unos segundos soy asombro puro, luego las pestañas me revolotean y no hago ni un mínimo esfuerzo por ocultar la sonrisa que me abarrota los labios. Sin pensarlo dos veces voy a su encuentro y lo abrazo con todo el amor y la felicidad que me condensa el pecho.
Nunca nadie se había preocupado tanto por hacerme feliz, ni siquiera yo.
Sumerjo la cabeza en su pecho y por un fugaz instante él se tensa, aunque me sorprende que esta vez reciba mi muestra de afecto con mayor naturalidad. Acaba por apoyarme las manos entrelazadas en la espalda mientras aspira vivamente.
—Gracias —murmuro, inhalando su exquisito olor. Me estrecho más contra su cuerpo, casi acurrucándome y expreso justo lo que grita todo mi ser: —Gris, gracias por hacerme sentir amada.
Guarda silencio y basta con eso para percibir el latido de su corazón, un tamborileo irregular que me toca los oídos. Estiro la sonrisa estampada en mis labios y comprendo que debajo de esa fachada de chico impenetrable que ha mantenido, hay un corazón que late ante mi presencia con la misma intensidad que late el mío cuando lo tengo cerca, cuando me sonríe o cuando simplemente existe.
—Tuve la opción de que la función fuera solo para nosotros, pero como a ti te gusta compartir la gente, otros podrán acompañarnos.
Eso me arranca una risa, porque si fuera por él se queda solo en el mundo sin ningún problema. Subo la mirada y me paro en la punta de los zapatos para presionar los labios en los suyos.
—Gracias por hacer el esfuerzo de soportar a la gente por mí.
Se ríe conmigo.
—No tiene idea del gran esfuerzo que es.
Enredado sus dedos en los míos y lo halo suavemente para que me siga el paso.
—¡Vamos a torturarte! —bromeo.
Suspira.
—Me estoy arrepintiendo.
Qué puedo decir de las últimas dos horas, creo que lo que se le puede acercar es decir que me he sentido como en un sueño. Darek se portó cómo un verdadero príncipe en todos los sentidos, estuvo a mi lado en toda la función, ni siquiera se levantó una vez al baño, aunque debo agregar que al parecer le gustó la película, varias veces lo miré de refilón y estaba prestando atención a la historia.
Me encuentro con el chico más atractivo del centro comercial al salir del baño y verlo apoyado en la pared, me vuelve a ver y carraspea.
—Al parecer tomaste demasiado refresco —comenta, ya que apenas salimos de la sala corrí al baño.
Lo sujeto de la mano.
—Compraste agua, refresco, jugo —digo y niego fingiendo desaprobación —Darek, casi compras toda tienda del cine.
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No acercarse a Darek
Teen FictionMeredith desde que tiene uso de razón, conoce la existencia de Darek Steiner, aunque ha estipulado una regla bien marcada en su vida: NO ACERCARSE A DAREK. Darek, por su parte, no tiene idea de quién es Meredith, pero..., ¿qué ocurriría si por un j...