No acercarse a Darek

El villano

Narrado por Darek Steiner:

Es fácil resultar ser el villano en una historia mal contada, ese no es mi caso, yo sí soy el villano en cualquier historia que oigas de mí. Pero, es de admitir que desde que ella entró a mi vida me he vuelto aún más villano y amo que sea así.

Claro que soy el villano, porque los héroes darían la vida por salvar al mundo. Yo, en cambio, si mi vida resultara no ser suficiente, daría el mundo con tal de salvarla a ella.

—¡Darek! ¿Me estás oyendo?

La verdad es que no, no he escuchado absolutamente nada de lo que ha dicho el hombre parado al pie de la cama. Tengo la mente sumergida en la ironía de mi existencia y como puedo hacer para evitar que ella sufra. Me aferro a esa imagen de su rostro pálido y surcado en lágrimas que quedó grabado en mis retinas. Casi la imagino mordisqueándose las uñas hasta sacarse sangre mientras los ojos se le nublaban por la incertidumbre.

No quiero que vuelva a sentirse así por mi culpa.

El frío que condensa la habitación se cuela entre las rendijas de la sabana, trepando por mi piel como una serpiente helada. Cada respiración que inhalo me llena los pulmones con un aire que sabe a desinfectante y metal.

—¡Darek! —El doctor Julián reclama mi atención al darse cuenta de que ni siquiera lo volteo a ver. —¿Has escuchado...?

—Doctor.

—¿Sí?

—¿Podría hacerme un favor?

Dejando esta pregunta en medio de los dos, afinco los ojos en los del hombre que hace unas horas fue el encargado de darle la noticia a mi abuelo de que la Leucemia ha vuelto.

El hombre, que en su mano sostiene una radiografía, una imagen borrosa de mi torrente sanguíneo plagado de sombras, arregla las manos a ambos costados de su cuerpo y pone todo su interés en mi rostro.

—Antes de que me pidas cualquier cosa debes saber que la bala lesionó tu bazo, comprometiendo así tu médula ósea. Darek, eso es un gran problema para poder tratar la...

—¿Podría hacerme un favor? —repito.

Muy sorprendido por mi nula reacción a lo que me informa no tiene de otra que asentir.

—Dime.

—Quiero que cuando ella pregunte por los síntomas que experimentaré a causa del tratamiento le diga que es por falta de vitamina, anemia o cualquier otra cosa, pero no le vaya a decir la verdad.

Separa los labios, por como arruga el ceño me deja claro que hace un esfuerzo por ubicar a la persona de la que le hablo. De pronto el semblante se le ilumina.

—¿Hablas de la chica con la que me choqué al entrar?

Cuando por fin convencí a Meredith de volver a su casa junto a su mamá, ella al salir se encontró de frente con el doctor, no compartieron más que un choque de miradas, pero eso ha sido suficiente para que el hombre especialista en la salud se acuerde de ella.

¿Quién podría olvidar la calidez de sus ojos?

—Ella.

Él parece dudar ante lo que le pido.

—Darek, es probable que los efectos del tratamiento deterioren gran parte de tu cuerpo y si ella convive contigo lo notará. Ocultar una enfermedad así es muy difícil. Además de que ella podría brindarte el apoyo emocional que necesitas.

He sido cruel, despiadado, un titán en la oscuridad que se deleita al apagar vidas ajenas, mas estoy a punto de suplicar con el fin de protegerla.

—Doctor, por favor.

Mi voz nunca se ha escuchado más rota que ahora. Él lo entiende enseguida: no es por mí, es por ella.

—Está bien. Si esa es tu decisión, yo la respeto.

Soy un inexperto en el amor, lo que sé de él raya en lo enfermizo, es por eso que si tengo que dañarme para curarla, me entrego en cuerpo y alma.

Los villanos no tenemos finales felices, aunque este villano entregará todo lo que tiene para que alguien sí tenga un final feliz. Ella.

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Nos leemos de nuevo el viernes o sábado.

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