Capítulo 15

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—Si mi madre se llega a enterar de que estoy aquí, sufrirá un infarto.

—Nadie se lo dirá, Cuatro.

Éber y Abril se encargan de que los nervios que revolotean en mi interior se intensifiquen. Saber que estamos por llegar a la casa de Damien Steiner me tiene con la adrenalina desbordada por todo el cuerpo.

Abril, que ocupa el asiento del copiloto, le dedica una mirada escrutadora a Éber que se encarga de llevar las riendas del volante. La forma en que lo mira dice todo, ella está más nerviosa que yo.

—Imbécil, el problema es que si mamá sale viva de ese infarto, la que terminará muerta seré yo.

Éber suspira hondamente.

—Ya te dije que ella no se enterará de que su hija predilecta se ha escapado de su casa para ir a una fiesta llena de excesos —insiste, manteniendo un tono calmado. Tras decir esto, ladea su cabeza por encima de su hombro y mira a Abril a los ojos —. Además, ya estás aquí, no tienes otra opción que disfrutar de la noche.

Los labios de mi amiga, que ha decidido maquillar con un gloss que le queda perfecto, se separan con la intención de contestar, pero al pensárselo mejor los vuelve a apretar y dirige su vista a la ventana de su asiento.

Éber, por su parte, arroja una fugaz mirada al espejo retrovisor.

—Mer, ¿tú si estás preparada para pasarla bien? —investiga y regresa a ver al frente.

La verdad es que la duda que embarga a Abril también me ha salpicado a mí y ya para este punto me estoy arrepintiendo de haberme salido de la casa sin haberle notificado a mis padres.

Durante toda la tarde de hoy busqué las mejores prendas de mi guardarropa, revisé Pinterest en busca de ideas de bonitos peinados y maquillajes. Fue así que para el inicio de la noche hice lo mejor que pude para verme bonita y al darme una última ojeada en el espejo me gustó mucho lo que vi, pero desde que empezamos el viaje hacia la casa en la que reside Damien Abril no ha parado de expresar lo mal que se siente por haberse escapado de casa, y tiene razón.

Me rasco la nuca con la duda creciendo en mi pecho.

—¿Y si mejor nos devolvemos?

Abril se voltea ipso facto y nuestros ojos se unen en una misma mirada.

—Creo que debemos hacer eso.

—No nos vamos a devolver —asegura Éber al dejar caer sus hombros —. Vamos a asistir a esa fiesta y mañana ya nos preocupamos por las consecuencias de nuestros actos.

Abril lo mira y por un segundo parece aceptar lo que él propone.

—Ya qué, ya me escapé.

—Exacto —responde él. —Les prometo que todo esto valdrá la pena.

Con el solo hecho de saber que Adán estará en esa fiesta es un gran incentivo para emocionarme por asistir a la fiesta. Desde esta mañana, que abrí los ojos no he dejado de pensar en que podré volver a hablar con él, ver su maravillosa sonrisa y estar cerca del chico que provoca que mi corazón me salte en el pecho con tan solo mirarme.

Es como magia, pero al pensar en ellos mis nervios son reemplazados por un emocionante sentimiento de querer llegar ya a la casa donde se dará la fiesta. Pensar en que en pocos minutos lo veré aleja todos mis temores.

—Pasémosla bien, Abril, es la primera vez que venimos a una de estas fiestas, tampoco es como si estuviésemos a punto de matar a alguien.

Me deslizo hacia adelante, metiendo mi cabeza en el hueco que hay entre mis dos amigos, aunque pongo toda mi atención en Abril. Ella se ve preciosa, es la primera vez que la veo maquillada y vestida con prendas que realzan la bonita figura de su cuerpo. Se queda pensando por un rato, me mira y una pequeña sonrisa se despliega en sus labios.

No acercarse a DarekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora