No acercarse a Darek

Tu poder sobre mí

Narrado por Darek Steiner: 

Ese día en el cine, parados frente a la cartelera, no fui capaz de decirte que se me removía el pecho al presenciar la felicidad contenida en tus ojos. Meredith, tú no solo merecías eso, tú te merecías el mundo entero y todavía no te habías dado cuenta.

Qué irónico que la última vez que había rogado por algo, fue años atrás, el día que él me golpeó tanto que antes de caer inconsciente le supliqué que parara. Ese día mi cerebro bajó un interruptor: no volví a rogar por nada nunca más. Pero tú tenías absoluto poder sobre mí, así que mientras me perdía en el negro de tus ojos me sorprendí pidiendo silenciosamente no irme tan pronto de tu lado.

Aunque cuando te despabilaste y esa curva se asomó por tus comisuras, me cuestioné la relación que había llevado con la religión y todo lo que ella arrastra. Porque es cierto que no creía en Dios, por ende tampoco creía en el diablo, pero deseé algún día poder ver a Dios a la cara solo para pedirle que te cuidara y si el diablo no resultaba ser un mito construido por la mente humana, poder sentarme con él para venderle el alma. No para que fueras feliz a mi lado, eso sería estúpido cuando eras tú la que me hacías feliz a mí. Estaba dispuesto a vendérsela para que siguieras sonriendo así, como nadie más lo hacía.