xlix. naughty

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xlix. atrevidos

—Esa mujer es repugnante —afirmó Hermione con un susurro, una noche que Harry y Margaery habían salido del castigo con Umbridge—

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—Esa mujer es repugnante —afirmó Hermione con un susurro, una noche que Harry y Margaery habían salido del castigo con Umbridge—. Repugnante. Cuando han entrado estaba diciéndole a Ron y Catherine... que tenemos que tomar cartas en el asunto.

—Yo propongo que la envenenemos —sugirió Catherine con gravedad—. O que la cortemos hasta que se desangre. Mi madre tenía unas pinzas en su habitación, las puedo traer y usarlas con ella.

—No, en serio... Tendríamos que decir algo sobre lo mala profesora que es y sobre el hecho de que con ella no vamos a aprender nada de Defensa —propuso Hermione.

—Pero ¿qué quieres que hagamos? —le preguntó Ron con un bostezo—. Es demasiado tarde, ¿no? Ya le han dado el empleo, y ahora no se va a marchar. De eso se encargará Fudge.

—Bueno —aventuró Hermione—, se me ha ocurrido... —Miró con cierto nerviosismo a Harry y prosiguió—: Se me ha ocurrido que a lo mejor ha llegado el momento... de que actuemos por nuestra cuenta.

—¿De que actuemos por nuestra cuenta? —repitió recelosamente Harry, que todavía tenía la mano metida en la solución de tentáculos de murtlap.

—Me refiero a... aprender Defensa Contra las Artes Oscuras nosotros solos —aclaró Hermione.

—¡Anda! —exclamó Ron—. ¿Pretendes hacernos trabajar aún más? ¿No te das cuenta de que Cath, Harry y yo volvemos a tener los deberes atrasados y sólo llevamos dos semanas de curso?

—Pero ¡esto es mucho más importante que los deberes! —protestó Hermione.

Harry, Ron y Catherine la miraron con los ojos desorbitados.

—¡No sabía que en el universo hubiera algo más importante que los deberes! —exclamó Catherine.

—No seas tonta, claro que lo hay —replicó Hermione—. Se trata de prepararnos, como dijo Harry en la primera clase de Umbridge, para lo que nos espera fuera del colegio. Se trata de asegurarnos de que verdaderamente sepamos defendernos. Si no aprendemos nada durante un año...

—No podremos hacer gran cosa nosotros solos —repuso Margaery con desánimo—. Sí, vale, podemos buscar embrujos en la biblioteca e intentar practicarlos, supongo...

—No, si estoy de acuerdo contigo: ya hemos superado esa etapa en la que sólo podíamos aprender cosas en los libros —dijo Hermione—. Necesitamos un profesor, un profesor de verdad que nos enseñe a usar los hechizos y nos corrija si los hacemos mal.

—Si estás pensando en Remus... —empezó a decir Harry.

—No, no, no estoy pensando en Lupin —dijo Hermione—. Él está demasiado ocupado con la Orden, y además sólo podríamos verlo los fines de semana que fuéramos a Hogsmeade, y eso no sería suficiente.

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