lxxxi. before

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lxxxi. antes

—¿Entonces, Marg? ¿Aceptas?

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—¿Entonces, Marg? ¿Aceptas?

—¿Tengo otra opción, hermana?

Margaery nunca en su vida había estado en una mesa del consejo. Consideraba que le gustaba la política pero no debatir con gente testaruda que nunca podría aceptar sus errores. Le gustaba escribir cartas, hacer declaraciones, estar al frente de la División de Discursos del Senado. Ese deseo podría haberse hecho realidad si no fuera por su hermana.

La mesa no era redonda como la de Lyonesse, pero aun así tenía su encanto... Margaery lo pensó una vez más, en realidad no. La Mesa Redonda no tenía ningún encanto y esta tampoco. Eran tan simples como cualquier otra. ¿La diferencia entre esa mesa y otra? Todos los monarcas Pendragon podrían haberla tocado. Lo cual, si lo pensaba con claridad, era una teoría. Una suposición basada en el hecho de que Tintagel era el lugar de nacimiento del rey Arturo.

Margaery estaba sentada al lado de Alyssane, que estaba parada al frente de la mesa. Aemma estaba al lado de su hija menor, Owen Knight estaba frente a la heredera, la Presidente Severen estaba a un lado del Primer Ministro y algunos otros lores, cuyos nombres Margaery no podía recordar, completaban la mesa.

¿Estarían todos esos hombres en contra de Alexander? ¿Estaban en contra de que usurpara el trono o de que fuera un bastardo? ¿Sabían que su reina también era bastarda? Y lo más importante, ¿Alyssane todavía afirmaba que ella era la reina legítima por el simple hecho de haber nacido dentro del matrimonio? Porque claramente no lo había hecho. Sí, el rey Maegor la había nombrado heredera pero ella no era legítima. ¿Sabía su tío Maegor que su heredera era una bastarda? No, estaba claro que no. ¿A quién habría nombrado en el caso que lo supiera?

—A ti —respondió una voz a su izquierda. Maegor Pendragon estaba justo a su lado.

Margaery parpadeó un par de veces. ¿Ella? ¿Cómo podría siquiera ser considerada heredera del trono? Alyssane la había nombrado pero era simplemente porque no le quedaba otra opción. Arya era la comandante, no podía ser la reina, Harry lo habría rechazado obviamente, los hijos de Arthur IX estaban fuera de la línea de sucesión y no podía nombrar ni a Aemma ni a Aemmond porque ambos estaban antes que Alyssane en jerarquía. ¿Pero Maegor? Tenía a Arya, quien aún no era comandante, tenía sobrinas y sobrinos, primos, tías y tíos. Ninguno de ellos era artúrico, por supuesto, pero tampoco lo era Margaery.

—Tu hermana ahora es la reina pero vio algo en ti que yo vi —continuó Maegor—. Eres un peligro pero eso no te hace catastrófica.

Y luego desapareció. El maldito desapareció.

—Efectivamente, no tienes elección —la voz de Alyssane llegó a oídos de Margaery y tuvo que contener las ganas de poner los ojos en blanco—. Pero me gusta ser educada y hacerte pensar que tienes una opción.

¿La misma persona que había matado a un niño inocente estaba hablando de cortesía?

—Ciertamente sé que no tengo elección —murmuró Margaery—. Pero gracias por tu consideración.

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