extra i. ícaro y su sol
❛ Ícaro sabía cómo terminaría. Voló hacia el sol de todos modos. Sabía lo que la caída le haría al final. También sabía que valía la pena intentarlo, sólo tocar el sol una vez, aunque sólo fuera una vez ❜
⸻ Nikita Gill, Extractos de Doncellas, Mitos y Monstruos
El triste niño de sol siempre se había hecho la firme promesa de no caer ante la tentación de sumirse en la desesperación.
Hubo algo en esa mañana congelada que Andrew Knight nunca fue capaz de borrar de sus recuerdos. Si cerraba los ojos y dejaba que sus pensamientos vagaran no le tomaría mucho tiempo en regresar a donde no quería; la brisa mañanera, fría y húmeda del sur, el terrorífico y continuo golpeteo de las olas contra la imponente costa, el sol que comenzaba a amenazar con desteñir al penetrante manto negro y blanco y los gritos que resonaban como tambores en los pasillos.
Andrew, de solo nueve años en ese entonces, entendía bien el concepto de la vida, la muerte y la ausencia interminable que, de alguna forma, ambas significaban y él había fantaseado con esa idea desde siempre. Recordaba la primera vez que aquel pensamiento, fugaz pero penetrante, lo abordó. Era tan pequeño que continuaba sujetando el deshecho oso de peluche que le habían regalado para su nacimiento. ¿Cómo se siente desaparecer? No era como jugar con sus hermanos, donde corrían para no ser atrapados. Era más como no regresar jamás. ¿Alguien lo echaría de menos? ¿Aunque sea la más mínima persona? ¿Una criada, tal vez?
No, claro que no, siempre le habían dicho que era un incordio. Que era muy activo, molesto en ocasiones. Que su mente iba un paso más allá de lo que debería. Que se callara, que suprimiera toda opinión y se la guardara para cuando tuviera la capacidad de entender el mundo. "Como si no la tuviera ya", solía quejarse y su madre le solía decir, "claro que la tienes pero, en estos casos, tu tienes que pensar que, quizás, son ellos quienes no".
Y así había crecido, con aquellos comentarios que, de a poco, lo inflaban. Levantaban su ego y alimentaban la creencia de que era él, un segundo hijo de una provincia menor, el mejor de todos aquellos lores que visitaban a su padre y hablaban en susurros temas de alta importancia, como si el mero hecho de hablar en voz alta haría que una bomba explotara.
Y Andrew descubrió que así era. Que los gritos, frecuentemente, significaban caos, desorden y el caos y desorden provocaban explosiones. Su madre había comenzado la labor, como solían decirle los caballeros que, de aquellos sufrimientos, tenían poca y ninguna idea. Andrew había esperado impacientemente la llegada de aquel niño o niña, su hermano o hermana, que había saturado a su madre de preguntas y cuando la duquesa no se encontraba a su disponible, corría a buscar a su hermano mayor.
Y aquella niña llegó, pero no como él lo esperaba.
Era pequeñísima, con ojos del celeste más fuerte y cabello del rubio más dorado en todos los Cuatro Reinos. Llegó gritando, llorando, pataleando. Y su madre se fue de la misma forma.
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TEARS, wizarding world
Fanfiction⠀ margaery jugaba con fuego, pero quizas no iba a ganarle ❪ golden trio era ❫ ❪ royal souls saga ❫ ❪ © eloiselover | 20/06/2023 ❫