lvi. advantage

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lvi. advantage

Había tantas cosas por las que preocuparse y tanto que hacer (una cantidad asombrosade deberes que muchas veces tenía a los estudiantes de quinto curso trabajando hastapasada la medianoche, las sesiones secretas del ED y la cantidad de horas que M...

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Había tantas cosas por las que preocuparse y tanto que hacer (una cantidad asombrosade deberes que muchas veces tenía a los estudiantes de quinto curso trabajando hastapasada la medianoche, las sesiones secretas del ED y la cantidad de horas que Margaery se pasaba llorando) que el mes de enero estaba pasando a una velocidad alarmante. Antes de que se diera cuenta, había llegado febrero, con un tiempo más húmedo pero menosfrío y la perspectiva de la segunda excursión del año a Hogsmeade había quedado arruinada cuando Zacharias los hizo entrenar todo el día.

Cuando terminó el entrenamiento, empapada por el sudor y con la respiración entrecortada, Hermione la abordó en la salida del campo.

—¡Margaery! —la llamó—. ¡Necesito que vengas conmigo a Las Tres Escobas!

—¿Ahora? —preguntó atónita.

—Ahora —confirmó la Gryffindor.

—Sí, claro... ¿Le pasó algo a Harry?

—No, no —negó Hermione, que parecía apurada—. Harry está  bien... es por otra cosa

—Bueno, deja que me vaya a bañar y...

—¡No, no! Estás bien así...

Margaery le miró con el entrecejo fruncido. Se había caído de la Nimbus varias veces así que tenía el cabello y la cara llenos de tierra y ramitas enfrascadas en los rulos que se le habían formado debido a la humedad.

—¿Segura...?

—¡Sí, sí! ¿Ahora nos podemos ir?

Se pusieron en la fila de estudiantes que esperaban la autorización de Filch parasalir del castillo y, cuando salieron, Hermione la agarró de la muñeca y comenzaron a trotar.

—¡Hermione! ¿Me puedes explicar...?

—¡Ya verás!

Y luego de unos minutos llegaron a Las Tres Escobas. Hermione la guió a una mesa con dos personas a las que jamás habría imaginado encontrar juntas: Luna Lovegood y nada más y nada menos que Rita Skeeter, ex reportera de ElProfeta y una de las personas a las que Hermione más despreciaba en el mundo. Se quedó acongojada, mientras Hermione la forzaba a sentarse.

—Bueno... no hacen falta presentaciones porque ya nos conocemos todas, así que... —dijo Hermione—. Seguro que Harry llega en cualquier momento. Bueno, las he reunido aquí para... Ah, miren ahí está Harry... ¡Harry! ¡Aquí, Harry!

Hermione le hacía señas con una mano. Harry se levantó de la mesa y fue hacia ella atravesando el concurrido local.

—¡Qué pronto has llegado! —exclamó su amiga mientras se apartaba para hacerle sitio—. Pensaba que estabas con Catherine. ¡No esperaba que llegaras hasta al menos dentro de una hora!

TEARS, wizarding worldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora