TWENTY-THREE | MINISTERY'S BATTLE

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Aparecerse a tal distancia, sola, fue todo un reto. Durante el verano sus únicas apariciones habían sido dentro de Grimmauld Place o por una zona limitada para visitar a Percy a escondidas, pero jamás tantos kilómetros de distancia. Ya conocía el Ministerio, pero se sintió algo insegura y mareada cuando llegó. Tonks la ayudó a estabilizarse, y sonrió orgullosa. Correspondió su pequeño gesto, aunque casi cae de cara cuando Sirius decidió buena idea aparecerse justo a su lado.

— Ups, estoy algo oxidado — rio, emocionado. Eden le dio un codazo, y él rio removiendo su pelo como si fuera un perro—. Vamos, sobrina, en el fondo nos llevamos bien y esas cosas.

— El encierro te ha vuelto majara, tío —acomodó su pelo de nuevo, y sacó la varita. El Ministerio estaba en un inexplicable silencio a pesar de ser hora punta. Las pocas veces que había estado, siempre estaba lleno de magos y brujas de un lado a otro, incluso de algún duende o criatura mágica.

— Eden, siempre detrás de mí — determinó el hombre lobo con extrema seriedad. Asintió sin atreverse a replicar, y corrieron en grupo hasta el Departamento de Misterios. Se escuchaba ruido de fondo, y una vez en los laberínticos pasillos siguieron las voces y estruendos de hechizos impactando en paredes.

Eden quiso alejar todo el miedo de su cuerpo, pero cuando entraron a una enorme sala con estradas y pudo ver a un gran grupo de personas enmascaradas atacar con hechizos a los adolescentes, sintió sus piernas temblar. ¿Estaba preparada para eso? Claro que no. Tenía dieciocho años, estaba más asustada que en aquel enfrentamiento con Barty Crouch Jr., pero tenía claro que debía atreverse a luchar si quería ganar esa guerra. Quería proteger a sus amigos, a su familia, y para eso debía ser más fuerte que nunca. Sin su padre, sin su madre, sin nadie más que una varita y el coraje que jamás tuvo para enfrentarse a las risas y burlas.

Lucius Malfoy se giro y alzó su varita, pero Tonks ya había lanzado un hechizo aturdidor hacia él. Aprovecharon la sorpresa de los mortífagos, y se dividieron para atacar. A Eden jamás dejaba de sorprenderle la habilidad de los aurores en los enfrentamientos, y no quiso ser un estorbo más. Ya tenían suficiente con un Neville aturdido.

— ¡Eden, protege a Harry! —exclamó Kingsley. Asintió aunque no pudiera verla, y con hechizos protectores corrió hasta el azabache.

— ¿Eden? ¿Qué haces aquí? — dudó. Eden tuvo que tirar de él para evitar ser golpeados por un rayo de luz roja, y también ayudó a Neville a llegar hasta a ellos.

— ¡Te lo dije, idiota...! ¡Desmaius! — gritó, pero no dio en el hombre que parecía dispuesto a asesinarla—. ¡Vámonos de aquí, solo estorbáis! ¿Y los demás?

— Creo que efta bien... todavía luchaba con el cerebro cuando lo dejé... — dijo Neville con una voz extraña. ¿Acababa de decir cerebro? Eden prefirió no profundizar demasiado y centrarse en salvarles el culo.

𝗣𝗢𝗧𝗜𝗢𝗡 ━ 𝐹𝑟𝑒𝑑 𝑊𝑒𝑎𝑠𝑙𝑒𝑦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora