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Lo primero que vio al llegar a Grimmauld Place fue a su tío con un gesto de preocupación. Parecía ansioso, y de inmediato les ayudó a todos a ponerse en pie. Olía a alcohol, estaba sin afeitar y llevaba pijama. La casa seguía igual de sombría, aunque sin la presencia de Molly durante esos meses parecía algo más sucia.
— ¿Qué sucedió? Phineas dijo que Arthur había sido malherido — el cuadro del viejo ex-director Phineas Nigellus, familiar Black.
— Pregúntale a Harry —replicó Fred. Eden apoyó una mano sobre su espalda. Estaba demasiado tenso.
— Sí, quiero escuchar eso por mí mismo — agregó George.
— Fue... Tuve una... especie de... visión...
Les contó todo acerca de la serpiente, Arthur dormido y el ataque. Era como si hubiera estado viendo como espectador la brutal agresión, y no pudo evitar sentir su cuerpo tenso ante su narración. Suspiró cuando Ginny sostuvo su mano, y pudo notar el temblor en ella. Le dio un suave apretón, tratando de reconfortar un poco a la menor. La Orden tenía ese riesgo implicado, y fue en ese momento en el que volvió a ser consciente de que todos estaban jugandose el cuello. Incluido su padre.
— ¿Está mamá aquí? — preguntó Fred.
— Ella aún no sabe lo que ha pasado, lo importante era alejaros de Umbridge para que no interfiriera — posó su mirada en ella, y se mostró ligeramente confundido por su presencia. Aún así, no dijo nada.
— Tenemos que ir a San Mungo — declaró Ginny—. ¿Podrías prestarnos capas o alguna cosa?
— ¡No podéis ir a toda prisa a San Mungo! — negó Sirius.
— ¡Claro que podemos ir si queremos! — exclamó Fred—. ¡Es nuestro padre!
— ¿Y cómo vais a explicar qué sabíais del ataque antes de que el hospital avise a su esposa?
— ¿Y eso qué importa? — repuso George.
— ¡Importa porque no queremos llamar la atención del hecho de que Harry está teniendo visiones de cosas que están pasando a cientos de kilómetros de distancia! — señaló Sirius furioso—. ¿Os hacéis una idea de lo que el Ministerio haría con esa información?
Por primera vez escuchaba algo razonable de su tío. Si Umbridge, Fudge o cualquier idiota del Ministerio supiera eso, de inmediato estarían en problemas. No sólo la Orden estaba actuando a espaldas del Ministerio en una guerra oculta, sino que además tenían a un Potter con visiones del Señor Tenebroso y sus movimientos. Entendía la exaltación de los Weasley, pero debía haber una voz de la razón y Sirius no era el indicado.
— Tiene razón — intervino. Ginny había soltado su mano y se movía inquieta—. Cuando Molly reciba la noticia sabrá que estamos aquí, y se pondrá en contacto. Esperemos hasta que vuestra madre reciba noticias en San Mungo, y vayamos entonces. Ahora es demasiado riesgoso. No solo estamos hablando de saber acontecimientos por adelantado, sino que estamos fuera de Hogwarts en fechas lectivas a mitad de la madrugada. El colegio estaría en problemas.