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La supuesta flor que tenía Fred en el culo debía haberse marchitado, porque el día de la esperada cita acabó convirtiéndose en un día de reunión estudiantil contra Umbridge. Hermione en persona fue a hablarles de su plan acerca de crear un grupo de estudio práctico, y como la nerd que era, aceptó de inmediato y avisó de igual modo a Burke, Lee y sus amigas.
— ¿Por qué tengo tan mala suerte? — lloriqueó. Eden soltó una risa suave, envuelta en una capa abrigada para el frío mientras Fred tomaba su mano—. Se supone que era nuestro día.
— Solo será un rato, después podremos ir donde quieras.
A medio camino se encontraron con Lee y George, quienes llevaban bolsas de Zonko. Como no, materiales de dudosa legalidad conforme al código estudiantil que Eden se obligaba a seguir como Premio Anual.
— Buenos días, mi pareja favorita — cantó Lee. George rodeó los hombros de la Slytherin con un brazo—. ¿Quién creéis que será el profesor? Yo voto por Eden.
— ¿Eddie profesora? — una sonrisa se deslizó por los labios del pelirrojo—. Sí, yo también voto.
— Eres un...
— ¡Eden!
Y el diablo apareció. O eso opinaba Fred cada vez que el Premio Anual aparecía a robar la atención que por derecho le pertenecía a él. Agitó la mano feliz como si no estuviera siendo asesinado mentalmente por el gemelo mayor, y se acercó con confianza.
— Bur... Azriel — corrigió—. No seas tan escandaloso.
— Cuando me dijiste que habría una reunión de estudiantes a escondidas creí que me ibas a pedir desmantelarla — rio—. Que rebelde te estás volviendo, Eddie~
— No me llames así — pidió, notando como ante ese canturreo Fred apretó ligeramente su mano—. Azriel, ellos son Fred, George y Lee Jordan. Él es Azriel Burke, el otro Premio Anual.
— Ya nos conocíamos — sonrió George, tan amable como siempre—. Fue golpeador de Ravenclaw hasta que le echaron por lo malo que era.
— Eso ha sido cruel — el azabache rió incómodo, y Eden dio un codazo a George por aquello. Fred le guiñó un ojo con complicidad, como si estuvieran de acuerdo en humillar al Ravenclaw.
Par de imbéciles. Casi podía ver la única neurona que compartían flotando sobre sus cabezas.
— Vamos al maldito pub — tiró de Fred, y los otros tres les siguieron. Aprovechó que iban un poco más adelantados, y le susurró por lo bajo—. Te dije que había avisado a Burke, aunque sea un poco pesado no seáis unos idiotas.
— Solo ha sido una broma de George, estaremos callados — aseguró, besando su frente con media sonrisa—. Voy a proponerte a ti como profesora.
