TWO | HAIRCUT

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Para cuando recibió al fin la carta del Ministerio para la convocatoria del examen de Aparición, los Weasley estaban a punto de llegar a Grimmauld Place. Eso significaba que vería a Fred, George y Percy. Y no había nada que la alegrara más que eso, porque Sirius era un tremendo dolor de cabeza.

No solo hacía bromas absurdas que no la sacaban ni un atisbo de sonrisa, sino que además a veces le daba la vena depresiva y comenzaba a lamentarse sobre las decisiones de su vida desde que adquirió conciencia. Una vez no la dejó en paz hasta que le dijo que no había envejecido mal, aunque en realidad seguía pareciendo en parte un cadáver putrefacto. A veces también la recordaba a Fred y su actitud risueña y despreocupada, y acababa accediendo a pasar tiempo con él en cualquier actividad que le mantuviera entretenido más de cinco minutos. Generalmente era criticar a alguien o molestar a algunas doxys escondidas tras la cortina de la cocina.

A veces Moody se pasaba, aunque no se estaba demasiado rato porque decía estar ocupado con asuntos de extrema importancia (¡alerta permanente!). También una amable bruja de pelo de colores que dijo ser su prima (o algo así, el árbol familiar Black es complicado), Lupin y su serenidad constante y, para su sorpresa, su padre no asomó un pelo por ahí.

Incluso Dumbledore había ido un día a explicarla las cosas de manera más formal que las torpes explicaciones de Sirius, y había advertido de manera muy detallada que no debía enviar cartas al exterior. Si fuera Fred o George le habría dado igual y ya estaría enviando una carta, pero ella se tomaba muy severamente las normas y decidió que debía esperar paciente a su pareja, amigos y padre. En ese orden, ya que Severus Snape jamás se quedaría a solas con Sirius Black ni aún recibiendo a cambio miles de galeones.

— ¿Emocionada por ver a tu novio?

— ¿Emocionado por hablar con alguien más que no sea una criatura potencialmente peligrosa y tu sobrina?

— Ni te imaginas cuánto — se frotó las manos. No era secreto que Sirius creía que ella era una especie de reencarnación aburrida de su fallecida melliza o algo así. Decía que eran igual de serias, de pesadas con las normas y, lo peor para él, similares físicamente.

Como un perro, Sirius esperó en la puerta a los Weasley, aunque ella se mantuvo en el salón leyendo uno de los libros de su madre. Tenía un extraño gusto de lectura, aunque era entretenido y la permitía conocer algo más de su extravagante personalidad.

— ¡Bienvenidos!

Con tranquilidad, marcó la página en la que estaba y dejó el libro en la mesita de café. Con la misma pasividad, se estiró y fue hacia el centro del desmadre. Podía escuchar a los gemelos, a Molly y a Sirius. Vio a Ginny cruzar corriendo el pasillo en busca de un baño, y a Ron sonreír incómodo en cuanto se dio cuenta del cuchitril en el que iba a vivir hasta septiembre. Faltaban Percy, Bill y Charlie, además del señor Weasley. Supuso que estaban ocupados con su trabajo.

𝗣𝗢𝗧𝗜𝗢𝗡 ━ 𝐹𝑟𝑒𝑑 𝑊𝑒𝑎𝑠𝑙𝑒𝑦 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora