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Último curso estaba consumiendola, y apenas era octubre. Fred estaba aún algo indignado por su actitud respecto a Umbridge, Harry no se cansaba de ganar castigos y su ocupación como Premio Anual era aún más dura de lo usual debido a los eventos especiales ese curso.
— ¿Algún voluntario para realizar una demostración del hechizo?
McGonagall miró a la clase, y no fue sorprendente para nadie ver la mano de Eden Prince en el aire. La Gryffindor sonrió a punto de pedirla que saliera al frente, cuando una mano más se alzó entre las filas del fondo. Todos se giraron al unísono, aunque Azriel Burke tan sólo miraba a Eden esperando alguna reacción molesta de la Premio Anual.
— Vaya, señor Burke. Adelante — la Slytherin entrecerró los ojos irritada cuando sonrió triunfal, y se cabreó aún más cuando la transformación que pedía McGonagall le salió perfecta—. Me alegra ver que ha decidido comenzar a participar en las clases, señor Burke. Diez puntos para Ravenclaw.
Era irritante, molesto, insufrible. Las clases que compartían, eran la mayor tortura posible. Pociones, Transformaciones, Encantamientos y Astronomía. Todas y cada una de ellas se convirtieron en una competición entre ambos Premios Anuales, algo que ningún profesor o alumno dejaba pasar. A Flitwick le parecía gracioso, y McGonagall aseguraba que era un modo de fomentar el aprendizaje. Snape aseguraba que en cualquier momento se matarían.
— ¡Ya van seis veces en esta semana! — se quejó, caminando de un lado a otro. Los gemelos, las chicas y Lee la seguían con la mirada, sin atreverse a interrumpir—. ¡Y los profesores le eligen a él porque creen que en cualquier momento se aburrirá de participar en clase! ¡Yo también me merezco ganar puntos!
— Ed...
— ¡El único que está de mi lado es mi padre! Todos los Ravenclaw ahora se creen mejores porque tienen a ese idiota como Premio Anual. ¿Dónde va a quedar mi reputación si esto sigue así?
— Eddie...
— ¿Qué pasa? — se detuvo, mirando a sus amigos—. Vosotros también lo habéis visto, seguro. ¿Qué clases compartís con Ravenclaw? ¿Herbología? Seguro que tiene a Sprout encantada.
— En realidad parece que solo lo hace cuando estás tú — murmuró Fred, rodando los ojos—. En Herbología está muy calladito.
— ¿Y si le gustas? — propuso Lee, jugando a lanzarse de una mano a otra una pequeña pelotita de goma—. Ni Fred era tan intenso.
— Me da igual, solo quiero que me deje tranquila en clase — repuso con indiferencia. Los sentimientos ajenos a Fred no eran de su interés en absoluto—. Se supone que soy yo la encargada de responder las preguntas de los profesores, no él y su absurda motivación en mi contra. Me encantaría verle con Umbridge.
