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La emoción de ver al fin la famosa Sala que Viene y Va pudo ser palpable en cuanto la puerta apareció en esa pared de piedra. La legendaria habitación cambiante, la cual únicamente aparecía ante casos de necesidad. Eden se preguntó cuál podría ser el límite de la sala.
Ignoró por completo la decisión del nombre del grupo, y durante las primeras prácticas de hechizos simplemente los realizó con un movimiento no verbal de varita, tratando a su vez de experimentar con la sala haciendo aparecer objetos.
— ¡Sabes hacer magia no verbal! - exclamó admirada Ginny, dejando a su pareja de duelo sola—. ¡Enséñame, porfi, porfi!
— No soy buena profesora — además de Ginny, más alumnos la rodearon. Los hermanos Burke comenzaron a dar saltos pidiendo también aprender. Buscó ayuda en el profesor de la clase, pero Harry simplemente se encogió de hombros diciendo que él no sabía hacer magia no verbal—. Agh... Está bien. Escuchad bien porque no voy a repetirlo.
Dictó cada paso, dio trucos y consejos, y finalmente les dejó intentarlo por su cuenta con hechizos sencillos como el Wingardium Leviosa o Alohomora. Sabía que alumnos de primero como los Burke o al menos hasta cuarto no lo lograrían, pero les dejó emocionarse. Tal vez había algún genio oculto.
— Te dije que serías una buena profesora — Fred rodeó su cintura desde la espalda, escondido en sus mechones oscuros con cierto tono coqueto—. ¿A mí también me vas a dar clases?
— Desvergonzado, estamos en público — le codeó para alejarle, sacándole una risita—. ¿No deberías estar practicando el Expelliarmus?
— Subestimas a tu novio, amor — besó sutilmente su nuca antes de soltarla—. Me ha salido a la primera.
— Practica entonces de manera no verbal.
— Cada rechazo me acorta la vida — dramatizó, aunque acabó analizando su rostro a detalle—. Ahí está mi preciosa Eddie.
— No me había ido a ningún lado —negó confundida.
— Claro que sí, el cansancio y el estrés te habían devorado — acunó sus mejillas, y con el pulgar acarició a la altura de sus ojeras—. Ya tienes mejor cara. ¿A qué no has bajado tu rendimiento en clase? — negó despacio. Había dejado de estudiar los temas futuros y se centraba en repasar temas y hacer trabajos. Ahorraba tiempo, descansaba más y estaba más despierta para las clases—. Esa es mi chica. Odio verte así de mal, así que siempre que estés a punto de estallar apóyate en mí, ¿sí? Me gusta cuidar de ti.
— Hey, pajaritos del amor — el gesto gentil de Fred se transformó bruscamente en uno de odio—. ¿Puedo robarte a Eden un momento?
— Estamos hablando, Burke, búscate amigos o algo — negó sin girarse a mirarlo.
