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Cuando abrió los ojos, no pudo ver absolutamente nada. Jadeó aterrorizada tratando de captar más aire, pero incluso este se sentía pesado y caliente. Estaba apretada contra un espacio pequeño, y podía sentir la presencia de otro ser humano encerrado en lo que sospechaba que era el baúl del despacho del falso Moody.
— Te has dado un buen golpe, niña.
— ¿Alastor Moody? — dudó.
— ¿Cómo demonios has acabado aquí? — gruñó.
Trató de incorporarse un poco, notando que había algo blando apoyado tras su cabeza. Al rozarlo con la yema de los dedos, descubrió que era una especie de abrigo. Debía ser de Moody.
— Averigüé demasiado — emitió un gemido de dolor, sentándose con la espalda apoyada en la pared metálica. Poco a poco su vista se acostumbraba a la oscuridad, y podía distinguir alguna silueta. Moody estaba tirado de la misma manera que ella, frente a frente, derrotados en ese hueco tenebroso—. Eden Prince, de sexto. Me alegra saber que el verdadero Alastor Moody no es un demente obsesionado con las maldiciones imperdonables y mi legado familiar.
— Ese maldito...
— Mire el lado positivo — cerró los ojos. Su cabeza dolía un poco, pero el foco del dolor residía en su brazo izquierdo. Debía haber aterrizado en la prisión con ese costado—. Antes de acabar aquí he hecho un hechizo que les permitirá encontrarnos. Además, mi novio... Mierda.
Había discutido con Fred, y ninguno de ellos era de Slytherin. Eso significaba que si desaparecía todo ese día nadie se sorprendería ya que lo relacionarian con su enfado. Sumado a eso, nadie nunca se fijaba en ella cuando entraba a la Sala Común de Slytherin. A cualquier serpiente que preguntaran, dirían que no tenían ni idea o simplemente que estaba en su habitación. Krum estaba ocupado con el Torneo, su padre mandaría a la mierda a Fred y el mapa estaba en las garras de Crouch hijo.
— ¿Qué hechizo has hecho? — preguntó Ojoloco.
— Trace Notam — suspiró.
— ¿Cómo conoces ese hechizo, niña?
Soltó una risa nasal leve.
— Con un padre como el mío, todo hechizo defensivo es perfecto en casos como este — quiso llorar al darse cuenta del lío en el que estaba metida—. El Señor Tenebroso regresará esta misma noche. Tal vez ya ha vuelto y Harry Potter está muerto. Tal vez incluso nosotros dos moriremos en cuanto se abra esta mierda de sitio. Les dije tantas veces que las medidas de seguridad debían ser reforzadas y que ese tipo era un mortífago...
— Eres hija de un mortífago — adivinó por la manera de expresarse. Nadie más que los mortífagos o relacionados con ellos llamaban de ese modo a Voldemort—. Sobrevivimos una vez, lo haremos de nuevo.
