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Si había gente poco disimulada, pasarían desapercibidas junto a los gemelos Weasley. Les advirtió que no quería que nadie supiera de su trato para proteger su reputación y así llegar a Premio Anual, pero aún así a primera hora se sentaron uno a cada lado con enormes sonrisas y ojos brillantes. George Weasley, a quien aprendió a diferenciar de Fred debido a que se anudaba la corbata al contrario, dejó en su mochila un pergamino sin nada de discreción.
- Fuera de aquí, Weasley - advirtió, recogiendo su pelo en un moño para así evitar accidentes en la clase de Pociones-. Habéis explotado más calderos que Longbottom de tercero, y él no ha realizado ni una sola poción decente hasta la fecha.
- ¿Cuántos trapos sucios sabes de los Gryffindor, Prince? - preguntó divertido Fred, sin molestarse en moverse más que para apoyarse y mirarla atentamente. Algunas miradas estaban sobre ellos, y el mejor amigo de los gemelos, Lee Jordan, parecía a punto de explotar sus neuronas debido a la confusión-. ¿No te parece buena idea comenzar a trabajar en equipo?
Eden estuvo a punto de replicar que debían separar las clases de los tratos de negocios, cuando el profesor Snape entró en la mazmorra agitando su capa oscura. Recorrió como siempre el aula con una mirada crítica, aunque se acentuó cuando localizó la mesa con dos cabezas rojizas y una azabache. Con la mirada, cuestionó de mil maneras a la chica si quería que los restara puntos, pero ella se negó resignada.
- Señores Weasley -ambos se enderezaron-. Si llega a mis oídos que están incordiando a la señorita Prince, no dudaré en expulsaros de mi clase con una eficiente disminución de puntos para Gryffindor.
- Claro que no molestamos a Prince, profesor Snape - sonrió socarrón George.
- Sí, ella misma está encantada de sentarse con nosotros -Fred rodeó sus hombros con un brazo. En un segundo, había recibido un hechizo que le separó de la Slytherin.
-No toleraré faltas de respeto aquí, Weasley -advirtió Snape, dando media vuelta y agitando de nuevo la varita para que las instrucciones de una poción que Eden ya había realizado se escribieran solas en la pizarra-. Filtro de Muertos en Vida. Las instrucciones están en el libro. Señorita Prince, acompañeme.
Se levantó pisando a propósito el pie a George, yendo hacia el escritorio. Nadie tomaba en cuenta aquello, todos demasiado agobiados por la dificultad de la poción. Además, era usual ver a Eden Prince hablar con profesores en bajito. Muchos decían que era una lamebotas sabelotodo, otros que Eden en realidad era una bruja experta que evaluaba a todos allí. Tales teorías estaban a las alturas de los sucios artículos de Rita Skeeter.
- Esos Weasley...
- Los lanzaré un maleficio si llegan a molestarme -aseguró-. Mira el lado positivo, conmigo no estallarán el caldero.
