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Eden sentía que las paredes de Hogwarts se estaban empeñando en ahogarla cada vez más. A cada pasillo, a cada aula. Siempre había estado sola, y lo único que solía reconfortarla era ir al despacho de su padre y preparar pociones juntos. Ahora, detestaba la idea de estar separada de alguien, y no era capaz de mirar a la cara al hombre que se negaba a hablarla.
— Si te molesta, yo...
— Nah, en absoluto — negó Fred, caminando a su lado hasta el aula de pociones. Él tenía la hora libre ya que no tuvo las notas suficientes para seguir cursando la asignatura. Era además la primera clase con su padre desde la discusión de Grimmauld Place—. Burke podrá ser tu compañero de pociones y todo eso, pero yo soy tu novio. No puede superar eso.
— Desarrollo de personaje.
— Claro que sí — rodeó sus hombros, caminando con una sonrisa orgullosa—. Los celos son para idiotas inseguros, y yo estoy muy seguro de que nos vamos a casar así que Burke puede chuparme los...
— Preferiría no hacerlo — el Ravenclaw hizo una mueca de asco, justo al lado de la puerta cerrada del aula de pociones. Había un par más de alumnos sueltos esperando al profesor Snape, todos congelados por la temperatura de las mazmorras—. Hola de nuevo, Premio Anual. Me dejaste solo con todo el desastre de la Brigada, Umbridge, Navidad y turnos. He visto traiciones más leves en las guerras.
— Te dejé instrucciones claras, Azriel. No seas un inútil.
— Lo sé, solo quería ser un poco dramático — se encogió de hombros. Fred rodó los ojos—. Nava y Levi querían darte un regalo.
Eden sonrió levemente, recordando como nada más llegar ambos mellizos la dieron un mal envuelto par de guantes tejidos a mano. Habían pasado la Navidad en Hogwarts, y su madre había enviado un par de guantes también para ella con una nota que agradecía sus cuidados hacia los niños. Azriel aseguró que Eden tenía una brujería oculta hacia los adultos que la convertía en una especie de veela.
— Adentro — el profesor Snape abrió la puerta con un movimiento de varita nada más llegar por el largo pasillo, y fijó su mirada por un par de segundos en ellos tres—. Señor Weasley, esta no es su clase.
— Gracias a Merlín — replicó. Severus simplemente pasó al interior ondeando su capa negra. Eden le susurró que se comportara—. Llámame infantil y todo eso, pero no pienso ser amable con la gente que te trata tan mal, Eddie.
— Es un profesor — recordó, mientras todos entraban. Azriel les dejó solos murmurando que encontraría buenos sitios—. Ya tenemos suficiente con Umbridge buscando cualquier excusa para castigarte.
— Vale, vale — suspiró resignado—. Pero no esperes que le llame suegro de nuevo. Ni tampoco que sea el padrino de Holly, ese será Lee.
Eden soltó una risita por el cambio brusco de sus prioridades, y acomodó su corbata escarlata. Fred siempre la llevaba mal puesta a pesar del decreto de Umbridge solo para que ella la colocara.
