4-Películas

6.4K 294 8
                                    

*Pedri*

Pegué al timbre algo cortado, y Alexia me abrió la puerta sorprendida de verme ahí.

-Creía que estabas de broma-me dijo soltando una risa y yo reí.

-Si quieres me voy-le dije señalando el ascensor con ironía mientras le sonreía.

-No no, ahora tienes en enseñarme esas pedazo de pelis que dices tu que ves-me dijo riendo y yo sonreí pasando a su casa.

Era pequeña, con una cocina que junto con el salón no mediria más veinte metros cuadrados, y dos puertas a los lados, lo que supongo que una seria el baño y otra la habitación.

-Muy bonita la casa-le dije mirando a mi alrededor y ella sonrió cerrando la puerta.

-Gracias, seguramente estas acostumbrado a otro tipo de casas, pero para mi sola no necesito más-me dijo y yo negué sonriendo con mis manos en los bolsillos.

-Para nada, en Tenerife mis padres tienen mi casa de toda la vida y aunque es chiquitita es muy acogedora-le dije y ella asintió escuchándome atenta- al final, si, soy futbolista y tengo dinero, pero soy una persona que pasa mucho de los lujos, ¿Sabes?

-Se te ve muy humilde-me dijo ella y yo asentí algo sonrojado.

-¿Quieres agua o algo de beber?-me preguntó.

-Agua está bien-le dije y ella asintió abriendo un mueble para sacar un vaso.

Me permití mirarla bien, era más bien bajita, con el pelo rubio bastante largo, y aunque ferran dijese lo contrario, coincidía con el resto de los chicos con que era muy muy guapa.

Tenía los ojos claros con unas pestañas largas y sus mejillas eran rosadas igual que sus labios, tenía la nariz más fina y una cuantas pecas en ella que la hacían ser adorable.

Cuando sonreía le salían unos hoyuelos con los que se veía adorable.

Me ofreció el vaso de agua y yo sonreí cogiendolo y bebiendo un trago.

-Bueno, cuéntame, ¿que peli vamos a ver?-me preguntó y yo sonreí quitándome el chaquetón.

-Vas a ver lo que es cine de verdad, rubia-le dije y ella sonrió dándome el mando de la tele para acomodarnos en el sofá.

-Puedes quitarte los zapatos si estás más comodo-me dijo ella mientras se acurrucada en la manta.

Nos acabamos de conocer, pero sentía que con ella podía ser yo mismo en cualquier momento, era natural.

Asentí quitándome los zapatos y me ofreció manta para que me tapase yo también mientras buscaba una peli que mereciese la pena.

Le puse una de mis pelis favoritas, de accion sobre un robo en un avión lleno de pasajeros, "lift".

-¿Quieres que haga palom..-se cortó y yo la miré sonriendo.

-Aunque sea futbolista como palomitas, aunque yo las llamo cotufas-le dije y ella rió asintiendo.

-Aún así está un poco feo que tu fisio te ofrezca saltarte la dieta, Pedri-me dijo y yo reí.

-Pero ahora no eres mi fisio, eso es dentro del club-le dije y ella me miró asintiendo.

-Claro, aun así, tengo algo mucho mejor-me dijo levantándose del sofá.

Fue hasta la cocina y sacó algo de la nevera sacando un cuenquito, y después de un rato se acercó al sofá con un cuenco lleno de uvas recién lavadas.

-Alaaaa, que buenas-le dije cogiéndole una y ella asintió volviendo a taparse con la manta.

Le di al play a la peli y me acomodé a su lado en el sofá mientras ambos veíamos la peli.

Después de esa, vimos otra más que nos salió anunciada y ninguno habíamos visto, y cuando acabó, me convenció para ver otra más que ella quería ver.

Me hacía gracia, porque era la típica persona que tenía que estar comentando la película cada dos tres, intentando descubrir quien era el malo. La que si te levantabas para ir al baño paraba la peli para que no te perdieras detalle, pero luego ella misma se regañaba si hablaba y no se enteraba de algo. Olía a una mezcla entre coco y vainilla, y era muy muy friolera, igual que yo, lo que hizo que al final ambos acabáramos pegados el uno al otro viendo las pelis.

-Esta me ha gustado más-le dije una vez terminó-¿cuál vemos ahora?-Le pregunté buscando el mando.

-Pues...-se calló cuando miró su móvil- pedri, son las cuatro de la mañana-me dijo abriendo los ojos, y yo tuve la misma reacción que ella.

-¿¡Qué?!-le pregunté cogiendo mi móvil para comprobar la hora yo, y si, eran las cuatro y catorce minutos de la mañana-¿cuando han pasado las horas?-le pregunté y ella rió.

-Me ha pasado lo mismo-me dijo riendo y yo reí viendo que ambos habíamos estado tan cómodos, que parecía que las horas habían sido segundos.

-Bueno, deberia irme, que mañana hay entreno, y encima a las diez-le dije y ella asintió levantándose también.

-Si, que encima yo entro a las nueve-dijo recogiendo las mantas, y cogí un extremo para doblarla entre los dos y que fuese más fácil-gracias-me dijo dejándola sobre el sofá y yo sonreí cogiendo mis zapatos.

-Bueno, pues mañana nos vemos-le dije y ella asintió acompañándome hasta la puerta-mañana te recojo para ir a la ciudad deportiva, no hace falta que te cojas ningún taxi-le dije y ella me miró sonrojada.

-Tranquilo, no te molestes, así puedes dormir un poco más-me dijo.

-Mañana a las ocho y media estoy aquí-le dejé claro y ella asintió sonriendome dulce.

-Vale, gracias-me dijo al fin.

Me acerqué a su mejilla algo cortado y dejé un beso en ella suave que me puso los bellos de punta.

-Descansa-le dije despidiéndome con la mano.

-Avisame cuando llegues a casa-me pidió y yo asentí entrando al ascensor.

En todo el camino a casa la sonrisa no se me borró de los labios, creo que era la primera vez que sentía una conexión especial con alguien que prácticamente acababa de conocer, pero parecía una persona tan única que me había encantado pasar tiempo con ella.

Era natural, tan y como la veías, y yo hacía mucho tiempo que no estaba tan cómodo con alguien.

Cuando llegué a casa le escribí un mensaje diciéndole que ya había llegado, y ella me deseo buenas noches contestando mi mensaje.

Me metí en la cama mirando al techo y sonreí de nuevo pensando en la noche tan buena que había pasado en su casa aunque solo hubiésemos visto películas.

Esa noche me di cuenta que Alexia había llegado a mi vida para quedarse, porque era de esas personas que brillan y te hacen brillar cuando las tienes al lado...

(CONTINUARÁ...)

¡Os leo!❤️🫶

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora