EXTRA 3:Llegaste tú

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*Pedri*

Escuche de nuevo como Alexia soltaba un suspiro, está vez más fuerte que los anteriores y encendí la luz de la habitación abriendo los ojos.

-Mi amor, ¿qué pasa?-Le pregunté, llevaba toda la noche dando vueltas en la cama.

-No lo sé pedri-me dijo mirandome algo preocupada.

Llevaba unas semanas durmiendo mal por el embarazo asique me acurruqué en ella pasando mi mano por su abdomen, que no podía estar más hinchado.

Salíamos de cuentas en cuatro días.

-Fer, deja dormir a mamá, ya nos tocará no dormir cuando estés aquí con nosotros hijo-le dije a la barriguita dejando besos en ella mientras Alexia acariciaba mi nuca.

Ella siempre solía sonreír cuando yo le hablaba a nuestro bebé, pero esa noche no fue así, siguió con cara de angustiada.

-¿Quieres que vayamos a urgencias?-Le pregunté y ella negó.

-Quiero que le sigas hablando a tu hijo, desde que te ha escuchado ya no me duele-me dijo y yo sonreí dejando otro beso en su barriga.

Aunque para ella había sido un poco cuesta arriba, a mi me había encantado la experiencia del embarazo.

Me encantaba pasarme los ratos libres abrazado a mi hijo o mimandola a ella, hablarle al bebé y sentir sus patadas, todo.

Aunque también estaba deseando que naciese.

-No, me encuentro rara pedri-me dijo apartándose de mi y levantándose andando nerviosa de un lado a otro de la habitación.

-Mi amor, vuelve a la cama, ven-le dije dándole una palmadita al colchón, pero más lejos de eso ella abrió la ventana de la habitación respirando aire puro.

Me levanté mientras ella respiraba por la ventana con los ojos cerrados y la abracé por detrás posando mis manos en su barriguita mientras dejaba un beso en su cuello.

Ella puso sus manos sobre las mías mientras respiraba nerviosa con fuerza.

-¿Crees que estas..-me cayé de golpe cuando escuché como ella soltaba un grito ahogado y notaba unas gotas...caer en mis pies.

-Madre mia...-murmuró ella mirando al suelo, para después mirarme a mi nerviosa, podía ver en sus ojitos...que le daba miedo.

-Amor, vamos a conocer a nuestro bebé-le dije con una sonrisa que no podía controlar y ella asintió tragando saliva.

Antes de irnos al hospital, quise tranquilizarla.

Habíamos hablado muchas veces sobre el parto y Alexia Me había dejado entrever que le daba mucho susto enfrentarse a ello, por lo que me había informado del tema como buen marido y futuro padre.

Sus contracciones apenas habían empezado asique antes de irnos al hospital nos dimos Un baño para que se relajara mientras yo me dedicaba a mirarla y darle besos diciéndole que todo estaría bien.

Cogimos el bolso que ya habíamos preparado con todo lo necesario para ella y el bebé y llegamos al hospital casi al amanecer.

En cuanto entramos a la clínica donde habíamos decidido tener al bebé nos asignaron una habitación para nosotros.

Ayude a Alexia a cambiarse sin dejarla sola ni un momento y después le conectaron varios cables a su barriguita para monotorizar las contracciones y tener controlado tanto a ella como al bebé.

Nos pegamos bastante rato hablando de temas sin importancia intentando que a ella se le fuesen un poquito los nervios.

Cuando fue una hora prudente fuimos llamando a nuestras familias y amigos para avisar que en unas horas el pequeño fer ya estaría con nosotros y cuando menos lo esperábamos, ella ya estaba lista para bajar a paritorio.

El médico nos había avisado que las primerizas podían estar largas horas de parto, pero por suerte nosotros tuvimos muchísima suerte, porque nuestro parto no duro más de cinco horas desde que llegamos al hospital.

-Un poco más, es el último empujón Alexia-nos decía Sofía, la doctora que la estaba atendiendo mientras yo cogía su mano con fuerza y le daba aire con un trozo de cartón.

Alexia Me miró sofocada y respirando por la boca y yo deje un beso en su frente.

-Tu puedes mi amor, ya está aquí nuestro bebé-le dije y ella asintió resoplando con fuerza para que con su último esfuerzo nuestro pequeño llegase al mundo.

Tenía unos pulmones bien fuertes, porque en cuanto salió de su madre lo primero que hizo fue romper a llorar.

A diferencia de ella, tenía el pelo completamente negro igual que yo.

No sabría decir a quien de los dos se parecía, pero era lo más bonito que había visto en toda mi vida.

La doctora se lo puso a ella en el pecho que lloraba rodeandolo con sus manos y me miró cuando yo empezaba a llorar también y mis primeras lágrimas de felicidad se escapaban.

-Mi amor...es precioso-le dije y ella sollozó asintiendo.

-Es lo más bonito que he visto nunca-dijo mirándolo y yo sonreí abrazandolos a ambos.

-¿Quieres cortar tú el cordón umbilical?-me preguntó la doctora y yo miré a Alexia, que me sonrió con confianza.

Y corte justo como me indicaron para después quitarme la camiseta para coger a mi hijo por primera vez haciendo contacto piel con piel.

Casi que una de mis manos tapaba todo su cuerpecito.

-Cuidado con la cabecita-me recomendó la enfermera colocando ella mis manos sobre el bebe y yo asentí mirándolo concentrado.

Alexia Me sonrió desde la cama y yo a ella, éramos padres.

Me acerqué a darle un beso en sus labios que ella recibió con gusto aún cansada y poco después se llevaron a fer para bañarlo y hacerle unas pruebas rutinarias.

A Alexia también la bañaron y la volvieron a llevar a la habitación donde yo ya la estaba esperando con un ramo de rosas, como en nuestros inicios.

Ella sonrió entrando en la habitación y yo me acerqué a ella abrazandola por la cintura mientras rodeaba mi cuello con sus brazos.

-¿Cómo eres tan bonito?-me preguntó después de besarnos y yo sonreí encogiendome de hombros.

-Yo no era así, pero llegaste tú, me enamoré y ya no sé ser de otra manera-le dije y ella rió besandome de nuevo justo la puerta se abría para que le enfermera nos trajese al bebé.

Ambos nos acercamos a mirarle y yo abracé a Alexia por la espalda sonriendo como un bobo, habíamos hecho algo tan bonito.

-Gracias por haber llegado a mi vida, mi amor-me dijo Alexia girando su cara a mi dirección y yo besé sus labios con gusto.

-Te amo-dijimos a la vez al separarnos para sonreír.

Ahora si nos tocaba ser felices.

FIN

Ahora si, es la última vez que nos leemos en esta historia🫶

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora