35-Málaga

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*Pedri*

Los médicos revisaron a Alexia poniéndole unos aerosoles y un respirador y pidiéndole que no hablase y se intentara quedar dormida un rato.

Su abuela se sentó en la silla que había junto a la camilla cogiendo su mano y yo me senté en un sillón que había algo más apartado después de pegarlo también a su cama.

Sus ojitos cansados miraron hacia mi dirección y cogí una de sus manos entre las mías para dejar un beso en mi palma.

-Descansa, bonita-le susurré y ella asintió leve cerrando los ojos.

Estuvimos un buen rato en silencio para que Alexia no se despertase, la observaba dormir relajada y esperaba que mejorase pronto, no sabía como había cogido una neumonia pero no podía evitar sentirme culpable.

-Que susto nos llevamos mi marido y yo cuando nos llamaron que estaba aqui-me dijo su abuela mirándola preocupada.

-No me lo quiero ni imaginar, yo también me he sentido así cuando su vecina me ha dicho que se la había llevado la ambulancia-le dije y ella suspiró a la vez que la puerta de la habitación se abría entrando por ella su amiga Maria y su amigo Ale.

La primera saludo a la Nuria mientras él segundo me miró con asco sin siquiera dignarse a disimular.

-¿Qué tal pedri?-me preguntó Maria por educación y yo me encogí de hombros.

-Podría estar mejor-le dije y ella asintió acercándose a mi amiga para dejar un beso en su pelo mientras la miraba preocupada.

Ale saludo a Nuria y también se acercó a la camilla mirándola con preocupación.

-Sabía que estaba acatarrada, pero jamás pensé que tanto...dios mio-murmuró Maria acariciando su pelo.

-Hija son cosas que pasan-le dijo Nuria.

-Claro, y más si te llevas a la nieve a una chica tan friolera como Alexia-escupió Alex mirándome de reojo haciendo la situación muy incómoda.

¿Estaba insinuando que nuestro finde en la nieve había hecho que mi rubia estuviese aquí?

Las dos dirigieron la mirada hacia él y luego hacia mi, pero si pensaba que iba a liarla en estos momentos estaba muy equivocado, mi novia estaba enferma y necesitaba descanso no una pelea entre su novio y su mejor amigo.

Asique me mordí la lengua tragandome mi orgullo y no dije nada.

Me alejé un poco acercándome a la ventana para dejarle mi sitio a Maria.

Alexia no tardó en despertase por los murmullos de los chicos con su abuela.

-¿Cómo estás?-Le preguntó Ale quitándole el respirador para que pudiese contestar.

-¿Pedri se ha ido?-preguntó adormilada, aún así de mal se acordaba de mí.

Ale soltó un suspiro mientras yo me acercaba para que me viese.

-Estoy aquí bonita-le dije y ella asintió despacio.

-Estoy hecha polvo, me duele todo-le dijo a sua amigos.

-En nada estas en casa, ya verás-le dijo Maria y ella asintió despacio.

-Si, pero en su casa de verdad, en Málaga-dijo su abuela y yo frunci el ceño igual que los otros dos.

-¿Cómo?-preguntó Maria sorprendida.

-Ella ahora va a necesitar unas semanas tranquila, y no puede quedarse aquí porque no tiene nadie que la cuide-les dijo.

-Pero..-empezó a intentar discutirle Alexia.

-No hay más que hablar, Alexia, nos vamos a Málaga-le dijo su abuela.

Un nudo aún más grande del que tenía se formó en mi garganta, ¿Cómo iba a irse? ¿Y si no volvía?

-Ahora vuelvo-dije saliendo de la habitación con ansiedad.

No podía seguir escuchando que ella iba a irse, no era justo joder.

Sentí un tirón de brazo y me giré encontrándome de cara con Ale.

-Por tu puta culpa ella va a irse y seguramente no vuelva, ¿no tenias otra de que reírte?-me preguntó apretando los dientes.

Dirigí mis ojos a la mano que el tenía apretando mi brazo y después hacia él otra vez.

-Yo no me he reído de nadie, y no me hinches los cojones no estoy de humor-le dije soltandome de su agarre.

-Eres un imbecil, por tu culpa está ahi-dijo señalándome la habitación.

-Yo solo quiero hacerla feliz aunque te joda escucharlo-le dije y el rió irónico.

-Si, ya, creía que la carne con grasa no iba contigo-me soltó y yo suspiré aguantando mis nervios de nuevo-si tanto la quieres déjala en paz-me advirtió.

-Deja tus celos porque no soy el enemigo, soy su novio y las explicaciones se las tengo que dar a ella, no a ti-le recalqué.

-El título de novio lo perdiste hace días, asique no vayas de digno-me dijo y yo apreté el puño-enserio pedri, soy su amigo y la conozco, si la quieres de verdad no le hagas daño y déjala en paz, te lo digo por su bien-me dijo cambiando el tono.

Esa frase me hizo replantearme por unos minutos todo, ¿y si era verdad que yo le hacía daño? ¿Y si yo era el culpable de todo esto? Lo que menos quería era que ella lo pasase mal y desde luego no había estado a la altura de ser un buen novio.

Miré la puerta de la habitación replanteandome si entrar o no entrar de nuevo, no sabía que hacer...

(CONTINUARÁ...)

Mmmm...
¿Qué va a hacer pedri?

¡Os leoooo!❤️✨️

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora