62-Mi club

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*Pedri*

-Pedro, por favor, necesitamos que vuelvas a repetir como fueron los hechos, las primeras horas son cruciales si queremos encontrarla-me volvió a repetir el policia.

Lo miré con detenimiento una vez más, pero es que cada vez que lo repetía me dolía aún más que la vez anterior.

Aun así, cogí aire aguantando mis lágrimas y le conté como habían sido los últimos momentos con Alexia.

**Flashback**

-Voy a agua, ¿Quieres algo?-le pregunté incorporandome y ella negó poniéndose una mano en la cara para poder mirarme con el sol.

Sonreí mirándola una vez más.

Había cogido colorcito estos meses en la isla y su piel no se veía tan blanca, sino con un tono moreno que le favorecía muchísimo y el agua de la playa le había dejado el pelo aún más rubio, haciendo que El contraste con el moreno fuese aún mayor.

Estaba preciosa.

-Deja de mirarme, una foto dura más-me dijo y yo reí.

-No se disfruta igual, bonita-le dije agachandome dejando un beso en sus sonrientes labios, que ella correspondió al instante.

Entre dentro a echarme agua a la cocina.

Un minuto y medio, eso es aproximadamente el tiempo que tarde en volver a salir a la terraza, y ya no había ni rastro de mi novia por ningún lado....

**Fin Flashback**

-Hay que rastrear todos los controles aéreos y marítimos con la foto de la chica, no pueden sacarla de la isla -escuché decir a un señor que había más allá a otro compañero.

Me sentía sin fuerzas.

Creo que todas las había sacado de golpe para empezar a buscarla por los alrededores pensando que se estaba escondiendo para asustarme hasta que me di cuenta que no se trataba de ninguna broma y tuve que llamar a la policía.

Habían montando un protocolo de búsqueda en mi propia casa, en el salón.

Mis padres habían vuelto de la tasca igual que mi hermano y todos estábamos deseando que llegarán noticias de Alexia.

Yo quería salir a buscarla, pero estaba devastado, me dolía el pecho horrores y tenía una sensación horrible en mi interior.

Me levanté como pude a la cocina a beber agua y después de hacerlo miré al techo soltando un suspiro mientras derramaba mis primeras lágrimas negando.

-Donde estas, amor...-murmuré justo cuando sentí un brazo rodearme y me giré viendo a mi madre, que tenía los ojos rojos de tanto llorar.

Y es que yo no era el único devastado con la noticia, todos lo estábamos.

Solo pude abrazarme a ella rompiendo a llorar en sus brazos.

-Vamos a encontrarla, pedri-me dijo ella llorando también...

*Alexia*

Me dolía todo. La cabeza, los brazos, las piernas... pero lo que más me dolía era el corazón. Me habían arrancado de mi felicidad, de mi refugio, de mi amor. Me habían llevado a la fuerza y ahora me encontraba en un lugar oscuro y maloliente, amarrada a una silla con cuerdas que cortaban mi piel.

Intenté moverme, pero estaba demasiado débil.

La puerta se abrió de golpe y la luz me cegó por un momento. Reconocí su silueta al instante.

Mi padre.

-Vaya, vaya, la princesa ha despertado porfin -dijo con un tono burlón y frío- ¿Pensabas que podías esconderte de mí para siempre?

-Te odio- murmuré, aunque mi voz apenas fue un susurro.

No tenía fuerzas para gritar, ni siquiera para levantar la cabeza.

-Se supone que eres inteligente, Alexia. Pero parece que he sobrestimado tus capacidades -continuó, acercándose y agarrándome del pelo para obligarme a mirarlo-. Te advertí que no volvieras a ver a Pedri, ¿no? ¿O pensaste que soy estúpido? ¿Me pensabas ver la cara de imbecil toda mi puta vida como cuando eras pequeña?-me dijo con ojos de loco, dándome muchísimo miedo y haciéndome pequeña a su lado.

-No... es... no es como piensas... -traté de defenderme, aunque sabía que era inútil. Él nunca escuchaba, solo imponía su voluntad.

-Vas a arrepentirte de haberme desobedecido, esto no es un juego, Alexia. Ya no eres una niña, y vas a aprender las consecuencias de tus acciones.

Soltó mi pelo con brusquedad, dejándome caer de nuevo en la silla. Se dio la vuelta y empezó a caminar de un lado a otro de la habitación, su voz resonando con rabia contenida daba muchísimo miedo.

Siempre había sentido miedo de él, pero ahora mismo...parecía estar fuera de control.

-Mañana mismo te llevo a Málaga- me dijo señalandome con el dedo- allí, en mi club, aprenderás lo que es la verdadera obediencia, ya verás cómo se te quitan las ganas de seguir desafiándome. Y de Pedri... olvídate de él. No lo volverás a ver nunca más yo me encargare de eso-zanjó frío.

Había dicho...¿su club? No se estaría refiriendo a....nonono.

Mis lágrimas comenzaron a caer, silenciosas. Mi cuerpo temblaba de miedo y desesperación. Todo lo que quería era volver a los brazos de Pedri, sentir su calor, su amor, su protección. Pero ahora estaba atrapada en esta pesadilla, con un padre que no conocía el significado de la palabra amor y al que no le importaba lo más mínimo ni nunca le había importado.

-No puedes hacerme esto... -susurré, más para mí misma que para él.

-¿Que no puedo? -se burló- Mírate, Alexia-me señaló- Ya lo he hecho, y haré lo que sea necesario para que entiendas tu lugar.

Lo miré con miedo y el sonrió irónico agachandose a mi altura.

-¿A que no adivinas quien pagará un pastizal por ser tu primer cliente?-me preguntó.

Solté un sollozo sin poder evitarlo mientras mi cuerpo empezaba a temblar y el sonrió para después levantarse e ir hacia la puerta.

La puerta se cerró de golpe detrás de él, dejándome sola en la oscuridad, con el miedo apretándome el pecho y la desesperanza cubriéndome como un manto.

Tenia mucho miedo, pero en mi corazón, a pesar de todo, una pequeña llama de esperanza se mantenía encendida, sabía que Pedri no se daría por vencido.

Él vendría por mí.

Tenía que hacerlo.

-Mi amor, no te des por vencido...-sollocé desesperada haciéndome un ovillo casi sin poder moverme del sitio donde estaba...

(CONTINUARÁ...)


Si tiene apoyo...esta noche subo otro porque ya lo tengo escrito!!❤️✨️

La cosa va a ponerse seria, yo aviso!

¡Os leooo!✨️✨️

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora