39-No mientas

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*Alexia*

Desde que había llegado a Málaga había sentido que no estaba en casa como antes y aunque intenté poner de mi parte con que no se me notase mucho mis abuelos me conocían demasiado bien y sabían que no estaba muy contenta.

Mi habitación seguía exactamente igual que cuando la dejé y como tampoco me dejaban moverme de ahí no me había ni quejado.

El médico le pidió a mi abuela reposo para mi y ella lo estaba cumpliendo a rajatabla.

-Tata, ¿vemos el partido del barça?-me pidió mi hermano entrando en mi habitación.

Hoy jugaban los chicos y ya había visto en la alineación que el canario salía como titular, había hablado poco con él, solo había pasado un día y ya lo echaba de menos.

-Claro peque, ven aqui-le dije dando dos toquecitos en mi cama y el sonrió viniendo hasta mi para tumbarse a mi lado.

Mientras esperábamos que el partido empezase me metí en el chat del canario viendo si había algún nuevo mensaje, pero nada, parecía que me estaba haciendo la ley del hielo.

-¿Tienes el número de pedri?-me preguntó mi hermano poniendo el ojo en mi teléfono que rápidamente bloquee.

-No-mentí y el sonrió incorporándose.

-Tata, no mientas-me dijo riendo-déjame mandarle un audio para desearle suerte, porfi porfi porfi tata-me pidió David juntando las manos y yo reí mientras negaba.

-Ahora no va a ver el móvil-le dije y él me hizo un puchero usando todas sus armas ganándose que al final le tendiese mi móvil en la conversación del canario.

No podía decirle a esa carita que no, y en el fondo yo estaba deseando hablar con pedri aunque fuesen dos minutos.

"Hola pedri, soy David el hermano de Alexia, mucha suerte en el partido, la tata y yo te vamos a estar apoyando desde casa, ¡visca barça!"

Reí cuando me devolvió mi móvil contento acurrucándose en mi y yo mordí mi labio deseando que pedri lo leyese antes de salir a jugar.

Y así fue, solo dos minutos después recibí el emoticono de la mano haciendo un corazón y dos corazones.

"Gracias campeón, a por todas" le contestó el por audio y ya no dio tiempo a mucho más porque solo tres minutos después los jugadores saltaron al campo.

Mi abuelo nunca había sido amante del fútbol a pesar de que mi padre si que lo era, y mi abuela mucho menos se había interesado nunca por nada de esto, pero solo quince minutos después de empezar el partido los tenía a los dos también enganchados viendo jugar "al chico del hospital", como lo habían apodado entre ellos.

-Lo hace bien-dijo mi abuelo mirando fijamente la pantalla y yo sonreí orgullosa.

-Lo hace súper bien-recalcó David y yo sonreí aún más bajo la atenta mirada de mi abuela que no me quitaba el ojo.

En la primera parte no hubo goles por parte de ninguno de los dos equipos y el rato de descanso estuvimos hablando de que cuando volviese a Barcelona iríamos a ver un partido todos juntos al campo, al final iba a conseguir que mi familia me acompañase un día al campo y todo gracias al canario.

La segunda parte fue mucho más agresiva por parte de los dos equipos, pero no fue hasta el minutos setenta y tres cuando desee con todas mis fuerzas estar en Barcelona ahora mismo.

Gavi rompió las líneas defensivas del equipo rival haciendo que la pelota le cayese en los pies en el pico del área, y como siempre pedri supo darle pausa al balón para encontrar el hueco de la defensa y meter un gol desde casi fuera del área casi a diez de acabar el partido.

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora