32-No me digas amor

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*Alexia*

El nudo que tenía en la garganta no era normal, hacia años que no me sentía así y por dentro lo peor es que sentía que era mi culpa por confiar de nuevo cuando me prometi a mi misma no volver a hacerlo.

El amor no era para mí y lo vivido con pedri solo había sido una burbuja en medio de la realidad.

Fueron entrando los chicos y los míos pasaron por mi sala como siempre, Gavi, fermin, ferran, Balde y el último, Pedri.

Mientras los demás empezaban a estirar como siempre los ponía a hacer yo cuando llegaban el último se acercó a mi y mi corazón se encogió de las ganas de llorar que tenía.

-Alexia, no...-lo corté porque no quería ni escucharlo.

-Déjalo, ya he tenido bastante-le susurré y el negó nervioso cuando pasé de largo.

-¿Qué? No, mi amor no creerás que...-empezó en susurro cogiendo mi muñeca girándome en su dirección pero yo me solté de su agarre.

-No me digas amor-le pedí soltándome de su agarre y el chasqueó la lengua-es más, a menos que sea completamente necesario no me dirijas la palabra-le pedí  intentando que la voz no se me quebrase, pero fue imposible.

No pensaba llorar delante de él ni de ninguno de los chicos, pero estaba deseando que fuese mi hora de salir para encerrarme en mi casa y no ver a nadie.

Necesitaba estar sola.

Fui mirando uno a uno a todos, haciéndoles masajes y comprobando que todos estuviesen bien hasta que llegó el turno de él que como siempre se quedó para el último.

No dijo nada cuando empecé a revisarlo y casi que lo agradecí, solo quería darme prisa con él para que los chicos no se fuesen y nos quedáramos a solas porque sentía que si hablaba una palabra me pondría a llorar.

Ni siquiera había hablado con nadie en todo el rato, simplemente quería terminar e irme.

-Listo, puedes ponerte las botas de recuperación en casa-le dije quitándome los guantes cuando vi que Ferran estaba quitándose las suyas porque ya se iba.

Guarde todas las cremas con nerviosismo y me quité la bata colgándola en el perchero.

-Hasta mañana Alexia-me dijo Ferran.

-Hasta mañana-dije casi sin mirarle cogiendo mi bolso.

-Alexia-me dijo Pedri poniéndose en medio cuando estaba dispuesta a salir y agaché la mirada suspirando.

-Déjame salir-le pedí.

-Alexia déjame hablar, no pienso eso, joder, me encantas mi amor-me dijo intentando tocar mi cara pero me aparté mirándolo por primera vez en todo el rato a los ojos.

Me miraba con preocupación, con pena o no sabía exactamente como lo hacía.

-Sólo quiero irme a casa-le pedí con la voz quebrada y a punto de llorar cerrando los ojos-por favor déjame salir y déjame en paz-le dije.

-No, no llores, Alexia eres mi vida no...lo hice para que no sospecharan porque tu misma me dijiste que no quería decirlo aún y fue la primera gilipollez que se me ocurrió amor, tienes que creerme por dios-me dijo desesperado.

No me dio tiempo a contestarle cuando entró Xavi y nos miró a ambos frunciendo el ceño.

-¿Todo bien?-preguntó confuso.

-Todo bien-dije aprovechando que estaba su entrenador delante para escaquearme e irme.

Pero no había tenido algo en cuenta, y es que esa misma mañana el mismo Pedri me había traído y no tenía coche.

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora