63-Observandonos

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*Pedri*

-Oiga, es imposible que no la encuentren, ¡esta isla no es tan grande, joder!-me quejé al policía y este se dio la vuelta serio en mi dirección.

-Muchacho, entiendo tu preocupación pero déjanos trabajar-me pidió y yo mordí mi labio lleno de ira-en estos momentos debes tener paciencia sobre todo-me dijo y yo lo miré irónico.

-¿Paciencia?-Le dije y el asintió, al mismo tiempo que yo cogía el cuello de su camiseta encarandome con el-¿¡me estas pidiendo paciencia cuando mi novia esta en paradero desconocido y no se donde puede es...-mi hermano me cogió por detrás de un rápido movimiento a la vez que otro policía.

-¡Pedri!-me dijo fer y al separarme, me di cuenta que los nervios me habían jugado una mala pasada.

Que ese hombre no tenía culpa de que Alexia no estuviese aquí conmigo.

-Disculpame-Le dije casi en un susurro mirando al suelo.

-No pasa nada-me dijo dándome una palmadita-estamos muy cerca de ella-me dijo él y yo asentí sin remedio.

Me senté en el sofá agachando la cabeza.

Ya habían pasado casi doce horas desde la desaparición y aun no se sabía nada.

Solo deseaba que todo fuese una pesadilla y que me despertase en cualquier momento con los besos de mi rubia en mi cuello.

Mi padre se sentó a mi lado con signos de preocupación en su cara.

No entendía que había pasado, pero sabía que Alexia no se había ido por voluntad propia porque ella me quería.

Y entonces la bombilla se me encendió en la cabeza haciendo que me levantase de golpe.

-Su padre, la tiene su padre-dije acercándome a donde estaban todos los policías-ella...me contó cosas muy feas sobre él, él la odia, la quiso separar de mi y ha tenido que descubrir que estaba aquí y se la ha llevado, ¡Ha sido él, estoy seguro!-dije con principios de un ataque de ansiedad.

Me faltaba el aire en los pulmones de pensar...lo que podría hacerle ese loco a mi niña.

-¿Nombre?-me preguntó y me encogi de hombros.

-No se quien es-le dije al policía- el nombre de ella es Alexia Jiménez Garrido-les dije y rápidamente subí las escaleras en busca de su bolso.

Ahí dentro debía estar su dni en que pondría el nombre de ese hijo de puta.

Baje abajo sacando su monedero y saqué el dni de mi novia.

-Gerardo Jiménez Díaz-leí en voz alta.

Podéis pensar que sentí alivio al pensar que esto era una gran pista para encontrarla, pero nada más lejos de la realidad.

Cuando la policía metió el nombre de ese hijo de puta y salieron todos los antecedentes no lo podía creer.

Llevaba años en busca y captura por estafas y otros delitos.

Y al cargar su foto...lo vi.

Y lo peor es que esa cara me era conocida.

Ese hombre había estado en El club estos meses.

Observandonos.

Nosotros pensábamos que nadie sabía que seguíamos en contacto, pero la realidad es que habíamos estado vigilados.

-Ese señor ha estado por el pueblo estos días...me suena muchísimo-murmuró mi madre desde atrás y Un pinchazo se clavo en mi corazón.

-Quiero a todas las unidades buscando debajo de las piedras a alguno de los dos individuos-dijo uno de ellos dando una orden por radio...

*Alexia*

Las cuerdas en mis muñecas y pies me estaban matando.

Tenía ganas de poder moverme un poco y retirar mi cuerpo.

Me dolía la cabeza de llorar y gritar.

-¡POR FAVOR! ¡¡¡¡Sacadme de aquí!!!!-grité una vez más en un sollozo ahogado.

Hasta que por fin la puerta se abrió.

Mi padre entró tras ella apresurado y me desató de golpe haciendo que yo acariciase mis muñecas adolorida.

-au...-me quejé casi sin fuerzas hasta que él me levantó de golpe enfadado.

-Andando-me dijo cogiendo mi brazo haciéndome salir de ahí.

-¿Dónde vamos?-le pregunté con miedo.

-A Málaga, tu puto novio me está pisando los talones el muy desgraciado-murmuró mientras nos metía en una especie de caja enorme que parecía un bulto de carga de los barcos del puerto.

-¡NO! ¡Déjame irme con él! ¡Porfavor! ¡Déjame irme con pedri!-supliqué intentado zafarme de su agarre.

-¿Tú eres idiota? ¡Vas a hacerme recuperar ahora todo el dinero que me hiciste perder cuando eras pequeña! Y después...después ya veremos que más hago contigo-zanjó dándome un empujón para meterme en esa caja enorme y rara con él.

Empecé a gritar pidiendo auxilio, intentando que alguien me oyese.

Pero solo fue peor.

No solo nadie me escuchó, sino que mi padre golpeó mi cabeza de tal forma que quedé inconsciente no se por cuanto tiempo.

Solo se que cuando desperté estaba en una habitación con las paredes pintadas en rojas.

Sin ventanas y vestida...casi semidesnuda.

Golpee la puerta con fuerza intentando salir.

No.

No podía estar aquí.

No.

-No grites y deja de dar golpes-me dijo mi padre abriendo la puerta y cerrando tras entrar.

Casi no veía de las lágrimas que estaba derramando mientras el me miró de arriba a abajo mordiendo su labio.

-Vas a tener suerte en una cosa-me dijo-Luis no será tu primer cliente, al parecer me han dicho que hay alguien que ha pagado mucho más por ti-sonrió.

-¿Cómo me haces esto? ¡Soy tu hija! ¡TU SANGRE! ¡DÉJAME SALIR! ¡DÉJAME IRME!-Supliqué, pero de nada sirvió.

El se fue cerrando la puerta rápidamente tras él y yo me quedé dando golpe en ella.

-¡PAPÁ! ¡NO ME HAGAS ESTO! ¡TE LO SUPLICO! ¡PAPÁ!-grité desesperada sin obtener respuesta...

(CONTINUARÁ....)

¡Os leooo!✨️❤️

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora