50-Punto débil

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*Alexia*

-Hola cuñada-me dijo fer al abrirme la puerta y yo lo saludé animada dándole dos besos para pasar.

-¿Qué tal todo?-Le pregunté.

-Muy bien, preparando el desayuno para tu bello durmiente-me dijo y yo reí al escucharle-debe seguir roncando el tio-dijo con burla.

-Voy a subir a despertarle-le dije soltando mi bolso.

-Vale guapa, ¿te quedas a desayunar no?-me preguntó mientras subia las escaleras.

-¡Vale!-contesté mientras subia.

Abrí la puerta de pedri despacio encontrandomelo casi en forma de estrella ocupando toda la cama, con la sabana hasta la cintura dejando todo su torso al descubierto y una carita de angel que parecía pintado con su boquita entre abierta.

Sonreí quitándome los zapatos para trepar despacio por la cama hasta meter la cabeza en su cuello y dejar varios besos en él haciendo que él soltase un pequeño gemido despertándose.

-mmmm....mi niña-murmuró aun con los ojos cerrados mientras una sonrisa se formaba en sus labios.

-Buenos días amor-le dije y el abrazó mi cintura poniendo morritos para que yo dejase un beso en sus labios.

-¿Y está sorpresa?-me preguntó al separarnos abriendo los ojos con una super sonrisa implantada.

-Tengo reunión mensual hoy y no vamos a coincidir en el trabajo, asique he pensado en pasar por tu casa y darte los buenos días-le dije peinando su flequillo con cariño y él sonrió hundiendo la cara en mi cuello para dejar un beso en él.

-¡Como puedo tener tanta suerte dios mio!-murmuró en mi cuello haciéndome cosquillas con la barba que llevaba y reí separandome un poco para poder besarle.

Al principio eran besos suaves, hasta que fueron subiendo de tono y Pedri me pegó a él apretando mi culo con sus manos y haciéndome notar su ereccion.

-Pedri...-murmuré entre besos.

-Mira como me pones...-me dijo él posicionándose encima de mi mientras empezaba a bajar sus besos hasta mis pechos.

-Mi amor no podemos...-Le dije soltando un jadeo.

-¿Por qué no?-me preguntó mirándome mientras fruncia el ceño.

-Porque esta tu hermano en el salón-expuse obvia mientras el metía la mano dentro de mi camisa mientras seguía dándome besitos.

-Que le den a mi hermano...yo te quiero pa mi-me dijo con su marcado acento canario y sonreí parando su mano con la mía justo antes de que la metiese por debajo de mi sujetador.

-No es el momento-consegui decir con calma y el rodó los ojos acercándose a mis labios para dejar un pico.

-Vaaaale-me dijo levantándose y ofreciéndome su mano para levantarme.

La cogí y me pegué a su cuerpo cuando me estrechó contra él, dejé un último beso en sus labios y mientras él fue al baño a bajar su cosita yo me puse los zapatos y arregle un poco mi camisa.

-¿No nos vamos a ver en todo el día?-me preguntó pedri y yo negué haciendo una mueca mientras el me abrazaba por atrás andando hasta él pasillo.

-No, tengo un día muy complicado-le dije mientras entrábamos a la cocina y el saludaba a fer.

Nos sentamos los tres a desayunar y después directamente cogí mi bolso porque sino llegaría tarde a la reunión con el equipo.

-¿Te llamo después?-me dijo pedri y yo me acerqué a él asintiendo con una sonrisa en la boca.

-Te quiero-le dije dejando un beso en sus labios y él sonrió dejando una pequeña cachetada en mi culo cuando me giré.

-Te quiero, no trabajes mucho, guapa mia-me dijo y yo sonreí rodando los ojos mientras salía de su casa.

De camino al Joan gamper iba contenta, a pesar de saber que seguramente mi hermana estaría ahí, Luis, no sabía que podía depararme la vida pero no pensaba dejar que ningún me manipulase hasta dejarme mal.

Tenía un novio maravilloso que pensaba disfrutar sin importarme el resto.

Pero la realidad me golpeó en la cara desde que entre a la sala de reuniones y al lado de Luis estaba él, el hombre que le dio la vida.

Vestido de traje, bien peinado y perfumado, con Luis a su derecha y mi hermana a su izquierda, dispuestos a acabar con mi felicidad.

Y lo iban a hacer, porque sabían donde darme, sabían que pedri era mi punto débil.

*Pedri*

Después de todo el día entrenando, con los fisios y después de salir de la última publi del día marqué el número de Alexia sonriente mientras conducía.

No obtuve respuesta, por lo que decidí ir hasta su casa y darle una sorpresa.

Sonreía mientras conducía pensando en cómo me habían cambiado los pensamientos en cuestión de solo unos meses.

Me había enamorado hasta las trancas de mi rubia preciosa, y solo pensaba en que el tiempo pasase, que todo fuese bien y crecer juntos los dos.

Pero todo se truncó cuando al tocar al timbre no obtuve respuesta.

Llame a su móvil cientos de veces, le escribí mensajes, llame a sus abuelos, nadie sabía nada de ella.

Alexia no estaba, de un momento a otro parecía que se la había tragado la tierra, y el aire en mis pulmones empezaba a faltar de pensar que había podido pasarle algo...

(CONTINUARÁ....)



¡Os leeo!✨️✨️

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora