*Pedri*
Había llegado el día y me sentía como un flan.
-Estoy sudando joder-le dije a mi hermano mirándolo a través del espejo mientras secaba mi sudor nervioso y el rió por lo bajo haciendo que yo lo mirase mal.
-Tranquilo hermano, que Alexia no va a salir corriendo ni te va a dejar plantado, debe estar más nerviosa que tu-me dijo con una sonrisa y yo suspiré nervioso.
No la veía desde ayer por la tarde después de que nos obligaran a dormir separados porque según mis padres, "daba mala suerte dormir juntos la noche antes de la boda".
Estaba preocupado por como se hubiese despertado hoy, el embarazo la tenía muy revuelta y había días que se despertaba muy mal.
Solo hacia dos semanas que el ginecólogo confirmó que estábamos esperando un hijo.
Alexia estaba embarazada de nueve semanas para ser exactos, y yo estaba deseando que pasasen ya las cuarenta y tener a nuestro bebé en los brazos.
Absolutamente nadie lo sabía, Alexia quería que esperáramos mínimo tres meses para decirlo y yo solo podía estar de acuerdo con ella, no había prisa y lo más importante era que todo saliera bien.
Estaba deseando verla llegar al altar vestida de blanco, acariciar su cintura, besar sus labios y dar el sí quiero por fin...
*Alexia*
-Que guapa estas por dios-me dijo mi abuela entrando seguido de rosi, mi hermana y Sara.
-Estoy fatal, tengo el estómago revuelto y me muero de los nervios-les dije siendo completamente sinceras con ellas mientras me sentaba al filo de la cama.
Menos mal que por lo menos el bebe había decidido comportarse y no darme el día con vomitos o mareos como solía hacer.
-Eso son los nervios cielo, no tiene más-me dijo mi abuela y rosi sonrió andando hasta mi.
-Pedri esta igual-me dijo y yo sonreí tierna.
Mi hermana vino hasta mi dándome un abrazo y después Sara repitió el gesto nerviosa.
Por la puerta entró el encargado de llevarme al altar. Mi pequeño terremoto que ya tenía casi doce años, mi hermanito David.
-Tata, estas preciosa Pareces una princesa-me dijo y yo sonreí acercándome a besar su mejilla-cuando te vea pedri...-me dijo moviendo sus manos de forma exagerada y yo reí.
-Venga, hay que ir saliendo, que el novio tiene que estar desesperado-dijo mi abuela y todos fueron salieron por la puerta mientras yo me quedaba un poco más atrás.
Me miré al espejo una última vez posando una mano en mi abdomen y sonreí sin poder evitarlo, hoy era el día más feliz de mi vida.
-Cariño, ¿Vamos?-interrumpió rosi mis pensamientos y yo solo asentí siguiéndola con una sonrisa.
*Pedri*
-Esta tardando ya mucho eh-me chinchó ferran y yo reí sin darle importancia, aunque por dentro estaba nervioso.
-No lo asustes más hombre-le dijo el abuelo de mi novia riendo.
Mi madre entró al altar y esa era la señal de que Alexia entraría de un segundo a otro.
Me puse más recto mientras todos se sentaban y mi madre se ponía a mi lado acariciando mi cara con una sonrisa.
Y por fin, las puertas se abrieron entrando por ella mi casi mujer acompañada de su hermanito que desde que se entero de la boda le había insistido en ser él el encargado de traerla hasta mi.
Estaba preciosa. Tan preciosa como el primer día que la ví.
**Flashback**
Estaba tan distraído hablando con ferran que al cruzar una esquina choque con alguien de frente.
-Lo siento-dijo una chica algo cortada.
-Lo siento-dije a la vez que ella mirándola por primera vez. Era más bajita que yo, y tenía unos ojos completamente preciosos, los más bonitos que había visto en mi vida.
Intenté ir hacia un lado para pasar, pero ella hizo lo mismo yéndose para el mismo lado que yo, y repetimos el gesto para el otro lado haciendo que ambos soltásemos una risa.
Le hice paso poniéndome de lado y ella sonrió queriendo ser amable.
-Gracias-dijo para ir por su camino y yo le sonreienseñando los dientes.
Seguí mi camino hasta el vestuario con ferran vacilandome sobre mis bailes de salón.
**Fin del Flashback**
Vestida de blanco, justo como la había imaginado cientos de veces, y por fin hoy se iba a hacer realidad, hoy nos convertiamos en marido y mujer.
-Estas preciosa, amor-le dije cogiendo su mano al llegar y ella me sonrió de forma radiante.
-Tu también lo estás, cariño-me dijo y sonreí observándola por unos segundos, hasta que la voz del cura me sacó de mis pensamientos.
La ceremonia comenzó y todo parecía un sueño. El cura empezó a hablar, pero por momentos su voz se desvanecía en mi mente, no podía apartar mis ojos de Alexia.
Ella estaba allí, frente a mí, tan preciosa como siempre, y yo apenas podía creer que este día finalmente había llegado.
Cogí la mano de Alexia y, por un instante, solo existimos ella y yo.
Sus dedos temblaban un poco, al igual que los míos, le sonreí para tranquilizarla, y ella me devolvió una sonrisa que hizo que mi corazón latiera aún más fuerte.
El cura seguía hablando, recordándonos la importancia del amor, la fidelidad, y el compromiso que estábamos a punto de asumir, pero yo tenía toda mi atención puesta en Alexia, en sus ojos llenos de emoción, en su respiración un poco agitada por los nervios y en su abdomen porque aunque nadie lo supiese aún, hay estaba el mayor tesoro de nuestras vidas.
Despues de un buen rato de ceremonia, llegó el momento de los votos.
Mi voz tembló un poco al principio, le prometí amarla, cuidarla, y estar a su lado en cada momento, en cada alegría y cada desafío que la vida nos presentara. Y aunque no lo mencioné en voz alta, ambos sabíamos que en esas promesas también incluíamos al pequeño ser que pronto llegaría a nuestras vidas.
Alexia, con su voz suave pero llena de seguridad, me miró a los ojos y repitió sus votos, palabras llenas de amor y cariño que me hacían estremecerme.
-Por el poder que me confiere la iglesia, los declaro marido y mujer-nos dijo el cura y ambos sonreimos-Pedro, puedes besar a la novia.
Sentí que mi corazón se aceleraba aún más si eso era posible. Con delicadeza, tomé el rostro de Alexia entre mis manos y acerqué mis labios a los suyos. El beso fue suave, tierno, lleno de amor y de promesas de un futuro juntos. Los aplausos de nuestros familiares y amigos nos rodearon, pero en ese instante, todo lo que existía era el sabor dulce de sus labios y la certeza de que a partir de ese momento, empezaríamos una nueva etapa como marido y mujer.
Cuando nos separamos, vi una pequeña lágrima deslizarse por su mejilla, y la limpié con suavidad, sonriendo al ver cómo ella también sonreía, radiante. Nos giramos para enfrentar a nuestros seres queridos, todos sonriendo, algunos incluso con los ojos brillantes por la emoción.
Ya éramos uno solo, y nada en el mundo podía hacernos más felices...
(CONTINUARÁ...)
¡Ya solo queda 1!!❤️🫶
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LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ
FanfictionAlexia es una chica con miedo al amor y con muchas inseguridades con su cuerpo. Conocerá a pedri gracias a su nuevo trabajo, atracción, risas, buenos momentos, ¿conseguirá pedri romper su coraza y que Alexia confíe en él y en el amor?