*Pedri*
Dormir con Alexia fue una sensación familiar, aunque nunca había dormido con ninguna chica estuve a gusto en todo momento y dormí con un bebé, parecía que había dormido todo un día.
La malagueña era tan friolera como yo, y aunque empezamos la noche con ella abrazada a mi pecho cuando me desperté por la mañana era yo quien lo abrazaba a ella que tenía su espalda pegada a mi pecho mientras yo tenía rodeada su cintura.
El nórdico mezclado con la calefacción me había dado tanta calor que había acabado durmiendo sin camiseta, de hecho yo tenía la manía de dormir en calzoncillos, pero no quería incomodarla.
La rubia tenía el pelo desperdigado por toda la almohada y casi en mi cara, pero le olía genial asique estaba en la gloria.
Dejé un beso en su hombro mientras la apretaba contra mi y ella hizo un ruidito de queja que me sacó una sonrisa.
-Buenos días, bonita-le dije dejando otro beso en su piel y al final acabó dándose la vuelta en mi dirección sonriendome con los ojos medio cerrados-Que guapa estas por la mañana-le dije pasando un mechón de pelo por detrás de su oreja y ella soltó una risa-¿Qué?-le pregunté riendo.
-Estaba pensando lo mismo de ti-me dijo y yo sonreí pegándola más a mi mientras alcanzaba sus labios con los míos.
Pasó las uñas por mi espalda y fué lo que hizo falta para que otra vez mi amiguito se despertase cortando el momento romántico.
Llevaba casi dos meses sin...nada, desde que había conocido a Alexia prácticamente, y eso sumado a que era por la mañana y que la rubia me ponía muchísimo no lo pude controlar.
-Perdón, no lo puedo controlar-le dije algo fatigado, lo que menos quería era incomodarla.
Pero más lejos de eso, ella se encogió de hombros y volvió a rozar nuestros labios en otro beso.
-No te he dicho nada-me dijo peinando mi flequillo con cariño con una sonrisa en sus labios-Puedo...ayudarte si quieres-me dijo algo avergonzada.
Es que era perfecta.
Sonreí cogiendo su cara con mis manos para darle otro beso más húmedo y al separarme llevé las manos al borde de su camiseta.
-Confía en mi-le pedí al notar que se tensó, pero acabó asintiendo despacio.
Le quité la camiseta del pijama despacio y me hice hueco entre sus piernas besando su cuello y clavícula.
Estaba tensa, y yo solo quería que disfrutase tanto como yo.
-Puedes confiar en mí, soy tu príncipe azulgrana, ¿recuerdas?-le dije entre besos y ella sonrió asintiendo más relajada.
Llevó sus manos a mi espalda acariciandola de arriba a abajo poniéndome los bellos de punta con sus caricias.
Fui bajando por el valle de sus pechos hasta su abdomen dejando besos por donde pasaba y acabé en el inicio de su pantalón de pijama pidiéndole permiso con la mirada.
Ella me sonrió desde arriba y fue lo que necesité para empezar a bajarle su pantalón deshaciendome de él.
Tenía un cuerpo perfecto que me permití admirar por unos segundos, unas curvas pronunciadas con forma de guitarra, era una mujer preciosa y me iba a encargar de convencerla de ello, de que se quisiese de nuevo.
-Eres preciosa Alexia, preciosa-le susurré al odio cuando volví a tumbarme sobre ella dejando besos en su cuello.
Sentía que podía correrme solo viéndola en ropa interior debajo mía, pero tenía otros planes para ella.
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LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ
FanfictionAlexia es una chica con miedo al amor y con muchas inseguridades con su cuerpo. Conocerá a pedri gracias a su nuevo trabajo, atracción, risas, buenos momentos, ¿conseguirá pedri romper su coraza y que Alexia confíe en él y en el amor?