37-¿Quién es él?

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*Alexia*

No tuve oportunidad de contestarle porque una de las enfermeras de guardia entró en la habitación cortándonos el momento.

-Oiga, la paciente necesita tranquilidad y los demás pacientes también-nos regañó a ambos, pero sobre todo a pedri.

-Disculpe, no volverá a pasar no era mi intención...-ella lo cortó de malas maneras.

-A la próxima vas fuera-le dijo y yo cogí su mano negando.

-No se preocupe, estoy bien solo ha sido un ataque de tos-le dije y ella asintió sin mirarme mientras me cambiaba cambiaba gotero por más médicamento.

Se fué sin despedirse de ninguno y sin mirarnos y fue pedri el que apagó la luz de la habitación acompañado de un suspiro.

Volvió a su posición de antes donde tenía que estar dejándose la espalda y el cuello echos polvo y cogió mi mano entrelazándola con la suya.

-Descansa, mi vida-me dijo acariciando mi mano con su pulgar.

-Ven conmigo-le pedí moviéndome un poco para dejarle hueco.

-Vas a estar incómoda si me tumbo contigo, tienes que descansar-me dijo preocupado y yo sonreí, ¿como no perdonarle?

-No es mi cama, pero mi sitio favorito del mundo es también mi cama cuando estas en ella tú, tu lo has dicho, necesito descansar y cuando mejor lo hago es cuando estoy abrazada a ti-le dije y no lo vi porque apenas había luz en la habitación por la luna, pero estoy segura de que sonrió tierno mientras se levantaba.

Se tumbó a mi lado y me dejó apoyarme en su pecho mientras me rodeaba con sus brazos y dejaba un beso en mi frente.

-Descansa, mi niña-me dijo soltando un suspiro relajante.

Y eso hice, a los pocos minutos la medicación volvió a hacerme efecto quedándome completamente dormida abrazada al que sabía que era el amor de mi vida, pero el que me tenía la cabeza echa un lio.

                              ******

Al dia siguiente cuando desperté pedri ya no estaba en la habitación, pero si lo estaba mi abuela que me sonrió acercándose a mi cama en cuanto abrí los ojos.

-¿Cómo has dormido?-me preguntó y yo me quité el respirador, estaba mucho mejor que el día anterior.

-Bien, me encuentro mejor-le dije aún adormilada y ella acarició mi flequillo con cariño.

-Tienes mejor cara-me dijo y yo le sonreí buscando algo con la mirada, o más bien a alguien.

-¿Y....-me cortó.

-Me pidió que te dijese que se iba a entrenar y volvía-me dijo y yo asentí-¿Quién es él?-me preguntó mi abuela intrigada.

Desde lo de Diego nunca le había presentado a nadie a mis abuelos, y bueno  ni siquiera les había presentado a pedri, simplemente había sido casualidad.

-Un amigo-le dije sin saber muy bien que éramos ahora el y yo, porque yo lo había dejado hacia solo unos días.

-Pues vaya amigo más bueno que pasa la noche en el hospital por ti y no despega-me dijo y yo sonreí asintiendo.

-Es bueno-le dije y ella sonrió mirándome.

Justo cuando iba a decirme algo más se escucharon unos golpecitos en la puerta y por ella entro pedri aún con el pelo mojado, debía de haberse venido directo después del entreno.

-Hola Nieves-saludó a mi abuela.

-Hola Pedri-le dijo ella de vuelta con una sonrisa mientras pedri se acercaba a mi.

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora