52-No estás sola

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*Alexia*

Miré a Rosi, incapaz de contener las lágrimas. Me sentía derrotada, perdida, y ahora frente a la familia de Pedri, sentía una mezcla de vergüenza y alivio. Alivio por ver caras familiares y vergüenza por mi situación. No sabía cómo empezar, pero sabía que debía hacerlo.

Rosi se acercó y me abrazó con fuerza. Sentí su calidez y, por un momento, las lágrimas fluyeron con más fuerza. Fernando padre se acercó también, con una expresión de preocupación.

-Alexia, ¿qué ha pasado? -me preguntó Rosi de forma suave, abrazandome por los hombros.

Tomé aire, tratando de calmarme. Mis palabras salieron entrecortadas.

-Mi padre y Luis, ellos son el problema-sollocé desesperada y rosi secó mis lagrimas con sus pulgares.

-Ven aqui mi niña levanta del suelo por dios cielo-me dijo levantándome-vamos a un lugar mas tranquilo, ven-me dijo ella cogiendo mi mano mientras entrabamos al aeropuerto por la puerta donde ellos habian salido y entrabamos a una sala solitaria.

Me sente junto a ellos en una salita de espera que habia y rosi abrio sus brazos mientras me abrazaba acariciando mi pelo.

-Cuentame bonita, estoy contigo no voy a dejarte sola-me dijo como si de mi propia madre se tratase, hablandome con toda la delicadeza y toda la paz del mundo.

-Ellos... me hicieron elegir entre mi puesto en el club y Pedri. Si no firmaba mi dimisión, lo echarían del equipo -expliqué, secándome las lágrimas como pude- he firmado para protegerlo, sé lo que ama el club y...todo es mi culpa, todo es culpa de la familia tan asquerosa que tengo-sollocé desconsolada.

Rosi y Fernando se miraron entre asombrados y preocupados. La abuela de Pedri, que había estado en silencio, se acercó también acariciando mi pierna.

-Toma, cariño -dijo la abuela con voz suave tendiendome un pañuelo para que secase mis lagrimas y sorviera mi nariz.

-Alexia, no tienes que huir hija, pedri es muy importante para el club no...-corté a rosi.

-No conoces a mis padres ni a mi hermana, y mucho menos a Luis, los clubes de fútbol se mueven por el dinero, y desgraciadamente ellos tienen eso a su favor-expliqué mirando hacia el suelo-No sé a dónde ir -dije con un nudo en la garganta-No quiero volver a Málaga, y no tengo a nadie en Barcelona que pueda ayudarme, no quiero que mi familia me encuentre, solo quiero desaparecer en estos momentos-sollocé tapando mi cara con mis brazos mientras el pecho me subia y bajaba con el ritmo descontrolado.

Rosi me miró con determinación mientras secaba mis lágrimas con sus pulgares y me miraba directamente a los ojos con cariño.

-Te vienes con nosotros a Tenerife -dijo firmemente- no podemos dejarte sola ahora, no estás sola mi niña, no lo estás-me aseguró secando mis lágrimas y yo negué suave.

-No...no puedo hacer eso, te lo agradezco rosi, pero si ellos se enteran...-empecé y ella cogió mi cara haciendo que la mirase.

-Alexia, acabas de perder tu trabajo por proteger a mi hijo, has dejado tu casa y te has venido a un aeropuerto con dos maletas dejando todo atrás por su felicidad, cuando lo que lo hace más feliz es tenerte a ti mi niña-me dijo y yo me rompí a llorar al escucharla decirme todo eso.

Ella me abrazó con todas sus fuerzas para volver a secar mis lágrimas.

-Te vienes con nosotros a casa, y ya desde ahí pensamos que hacemos, no pienso dejarte sola en un aeropuerto mi niña, mi hijo no me lo perdonaría y yo tampoco-me dijo y yo la miré con miedo, no sabía que hacer, no sabía que era lo correcto..

LLEGASTE TÚ-PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora