Fuego Y Plumas

recaptura y preparativos

Dabi y Spinner se miraron con una mezcla de triunfo y frustración. Aunque habían detenido el escape de Hawks, sabían que su intento mostraba lo desesperado que estaba. No podían permitirse más errores. Dabi sacó su teléfono y llamó a los demás.

DABI: -hablando en el teléfono- Toga, Overhaul, necesitamos ayuda aquí. Hawks intentó escapar. -pausa- Sí, estamos en la entrada.

En cuestión de minutos, Toga llegó corriendo, abrazada a Kai Chisaki, también conocido como Overhaul, quien lucía una expresión de molestia evidente.

TOGA: -emocionada- ¡Dabi! ¡Lo atrapaste! ¡Qué emoción!

OVERHAUL: -con voz fría- Esto es una pérdida de tiempo. ¿Por qué no simplemente lo eliminamos?

Dabi ignoró el comentario de Overhaul y se agachó para levantar la malla que atrapaba a Hawks. Con un esfuerzo, cargó al héroe inconsciente sobre su hombro.

DABI: -murmurando- Maldito pájaro... no te lo pondré fácil.

Mientras Dabi se encargaba de Hawks, Toga, con su característica sonrisa y saltos juguetones, comenzó a recoger las plumas caídas de Hawks, asegurándose de que no quedaran rastros de su intento de escape.

TOGA: -canturreando- Pluma a pluma, no dejaremos ni una pista... ¡Qué divertido es recoger estas!

OVERHAUL: -mirando con desdén- Es patético que se nos haya escapado esto. Asegurémonos de que no vuelva a suceder.

Dabi asintió, sin apartar la mirada de Hawks. Sabía que este intento de fuga significaba que debían reforzar la seguridad y ser más estrictos con su prisionero.

DABI: -con voz firme- No volverá a suceder. Nos aseguraremos de que esté bien vigilado.

TOGA: -acercándose a Hawks- Oh, pobre pajarito. ¿Por qué quieres volar lejos de nosotros?

DABI: -con un tono oscuro- Porque sabe que aquí es donde realmente pertenece. Pero se lo haremos entender, tarde o temprano.

Con Hawks en brazos, Dabi y los demás regresaron al interior del escondite. Al entrar, se encontraron con Shigaraki, quien los esperaba con una expresión de furia contenida.

SHIGARAKI: -gritando- ¡¿Cómo demonios dejaron que se escapara?! ¡Esto es inaceptable!

DABI: -intentando explicar- Fue un descuido, pero lo tenemos de vuelta. No volverá a ocurrir.

Antes de que Dabi pudiera continuar, Hawks empezó a despertar, moviéndose débilmente en los brazos de Dabi. Viendo esto, Dabi soltó a Hawks, dejándolo caer pesadamente al suelo frente a Shigaraki. Hawks se tocó la frente y vio la sangre caer de su herida.

HAWKS: -con voz débil- Malditos... No voy a dejar que ganen.

SHIGARAKI: -con una sonrisa cruel- Parece que nuestro invitado está de vuelta. Mejor que no intentes algo así de nuevo, Hawks. No seremos tan indulgentes la próxima vez.

HAWKS: -mirando a Shigaraki con determinación- No importa cuántas veces lo intente, seguiré luchando. No me rendiré tan fácilmente.

TOGA: -con una sonrisa- Oh, pero fue divertido, ¿no crees, Hawks? Intentar volar lejos y fallar tan miserablemente.

Dabi observó a Hawks con una mirada dura, pero en el fondo, sabía que este era solo el comienzo de una nueva fase en su tensa relación con el héroe.

SHIGARAKI: -mirando a Hawks- Dabi, lleva a nuestro invitado de vuelta a su celda. Asegúrate de que esta vez no tenga ninguna oportunidad de escapar.

DABI: -asintiendo- Como digas, jefe.

Dabi agarró a Hawks, atándole las manos y las alas con fuerza. Luego, lo empujó hacia la celda, obligándolo a caminar.

HAWKS: -resistiendo- No pienso rendirme... Nunca.

DABI: -con una sonrisa cruel- Ya veremos cuánto tiempo puedes mantener esa actitud, pajarito.

Llegaron a la celda, Dabi empujó a Hawks adentro, haciendo que cayera al suelo.

DABI: -cerrando la puerta de la celda- Aquí te quedarás. Tal vez así aprendas a no intentar escapar.

Dabi miró a Hawks una última vez antes de irse, dejando al héroe solo en la celda oscura y fría. Hawks se incorporó lentamente, susurrando para sí mismo.

No importa cuánto lo intenten, no me romperé. Encontraré una manera de salir de aquí.

El sonido de los pasos de Dabi alejándose resonó en el pasillo, dejando a Hawks en un silencio inquietante, pero su determinación no se quebró. Sabía que tenía que seguir luchando, sin importar las circunstancias.