bajo vigilancia

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Dabi salió de la habitación, dejando a Hawks solo. Se dirigió hacia donde estaba Shigaraki y le informó de todo lo que había logrado sacarle a Hawks. Shigaraki escuchó atentamente, y al final asintió con satisfacción.

SHIGARAKI: -con una sonrisa fría- Bien. Lleva a Hawks a la sala de reuniones, pero primero limpia sus heridas. No quiero que aparezca hecho un desastre.

Dabi asintió, aunque no pudo evitar sentir un destello de disgusto. Sin embargo, obedeció la orden y regresó a la sala de interrogatorios.

DABI: -con voz firme- Vamos, pajarito. Tenemos que moverte.

HAWKS: -con un suspiro- ¿Qué más quieres de mí?

DABI: -con desdén- No preguntes. Solo coopera.

Dabi empezó a quitarle las correas de las manos y piernas a Hawks. Una vez liberado, lo levantó y lo llevó a la habitación asignada. Con un empujón, Dabi lo hizo entrar.

DABI: -con desdén- Quédate aquí. Volveré en un momento.

Hawks vio cómo Dabi salía de la habitación y escuchó los múltiples seguros que se activaron en la puerta. Aprovechando el momento de soledad, se levantó del suelo y, al ver un pequeño sofá, decidió improvisar un nido con las almohadas y sábanas que encontró. Se acostó en su nido improvisado y, agotado, se durmió.

Mientras tanto, Dabi agarró un pequeño botiquín y escuchó a Shigaraki y al líder principal de la Liga de Villanos conversar en el pasillo.

SHIGARAKI: -con tono autoritario- Asegúrate de que no intente nada. No podemos permitirnos errores.

Dabi no le tomó importancia y volvió a la habitación de Hawks. Al entrar, se percató de que Hawks no estaba a la vista.

DABI: -murmurando mientras cerraba la puerta- Maldito pájaro, ¿dónde te has metido?

Buscó por toda la habitación hasta que vio el sofá y decidió acercarse. Al descubrir a Hawks acurrucado en su nido improvisado, no pudo evitar sonreír, aunque rápidamente intentó ocultarlo. Sin embargo, Hawks ya se había despertado y lo estaba mirando.

HAWKS: -con voz suave- ¿Qué pasa, Dabi? ¿Te sorprendió mi ingenio?

Dabi se volteó, apoyando una mano en la pared, sorprendido por su propia reacción. Luego, se giró nuevamente hacia Hawks, que lo observaba con curiosidad.

DABI: -con voz más suave- Vamos, pajarito. Vamos a limpiarte esas heridas.

Dabi se acercó con el botiquín y comenzó a limpiar y curar las heridas de Hawks.

HAWKS: -mientras Dabi lo curaba- ¿Por qué haces esto? Sabes que no me voy a rendir fácilmente.

DABI: -con un tono resignado- Solo cumplo órdenes. Y tú, pajarito, deberías preocuparte por mantenerte vivo.

HAWKS: -con una sonrisa débil- No soy de los que se rinden fácilmente.

El ambiente en la habitación se llenó de una tensión palpable, pero también de una extraña calma. Mientras Dabi trabajaba, Hawks permanecía en silencio, observando cada uno de sus movimientos, preguntándose qué depararía el futuro en manos de sus captores. Dabi, por su parte, intentaba no pensar demasiado en lo que estaba haciendo, enfocándose únicamente en la tarea en cuestión.

Fuego Y PlumasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora