Fuego Y Plumas

conexión inesperada [+18]

La mansión de los villanos estaba sumida en un silencio inquietante. Dabi caminó lentamente hacia su habitación, cada paso resonando con el peso de los eventos recientes. Al entrar, se dejó caer en su cama, mirando el techo con una mezcla de frustración y confusión. Sus ojos vagaron por la habitación hasta que se posaron en el rincón donde Hawks había improvisado su nido. Soltó un suspiro profundo.

DABI: -murmurando- Maldito pájaro...

Levantándose, se acercó al nido, notando una pluma roja que brillaba bajo la tenue luz de la luna que se filtraba por la ventana. La tomó con cuidado, sus dedos recorriendo suavemente las fibras.

En la celda, Hawks sintió el toque de Dabi como si fuera directo a su ala. Era una sensación intensa, casi íntima. No pudo evitar estremecerse, un escalofrío recorriendo su espalda.

DABI: ¿Por qué no puedo sacarte de mi cabeza?

Dabi se sentó en su cama, examinando la pluma de Hawks con detalle. A medida que sus pensamientos se enfocaban más en Hawks, una sensación desconocida empezó a crecer en su interior. Lentamente, llevó la pluma a sus labios, lamiéndola con una languidez deliberada.

HAWKS: -susurrando para sí mismo- ¿Qué es esto...? ¿Qué me estás haciendo, Dabi?

El gemido de Hawks resonó en la celda, una mezcla de desesperación y una extraña excitación. Sabía que alguien tenía una de sus plumas, y el pensamiento de Dabi siendo ese alguien lo llenaba de una confusión abrumadora. Pero estaba atrapado, sin poder hacer nada al respecto.

Dabi, por su parte, se dejó llevar por las sensaciones. Con la pluma en una mano, la otra comenzó a moverse hacia su entrepierna. Cerró los ojos, dejando que su imaginación se centrara completamente en Hawks.

DABI: -jadeando- Maldito... maldito pájaro...

La imagen de Hawks inundó su mente, sus pensamientos volviéndose más intensos y oscuros. La pluma de Hawks, aún húmeda de sus lamidas, parecía conectar sus sensaciones de una manera visceral. Su respiración se aceleró, y pronto sus movimientos se volvieron más rítmicos y desesperados.

HAWKS: -con voz temblorosa- Dabi... ¿qué me estás haciendo...?

La desesperación y la impotencia se mezclaban con una excitación inexplicable en Hawks. Estaba atrapado en una espiral de sensaciones que no podía controlar. Mientras tanto, Dabi continuaba, su deseo y frustración encontrando una salida a través de la pluma de Hawks.

Finalmente, Dabi alcanzó su clímax, dejando escapar un gemido profundo y satisfecho. Se desplomó en la cama, aún aferrando la pluma de Hawks, su respiración lenta volviendo a la normalidad. Pero el alivio fue temporal; una nueva oleada de inquietud se apoderó de él.

DABI: -murmurando, casi en un susurro- No sé qué demonios me estás haciendo, Hawks... pero esto no ha terminado.

Decidido a confrontar la fuente de su agitación, Dabi se levantó y se dirigió a la celda de Hawks. Sus pasos resonaban en los pasillos oscuros y silenciosos. Al llegar, abrió la puerta de la celda con un estruendo.

HAWKS: -mirando a Dabi con sorpresa y desconfianza- ¿Qué haces aquí...?

Dabi no respondió de inmediato. Se acercó a Hawks, su mirada intensa fija en los ojos del héroe. Sin previo aviso, tomó el rostro de Hawks entre sus manos y lo acercó hacia sí, sus labios encontrando los de Hawks en un beso profundo y dominante. Hawks, atrapado entre la sorpresa y la confusión, sintió una mezcla de emociones abrumadoras.

DABI: -con voz baja y grave- Únete a nosotros, Hawks. No tienes otra opción.

HAWKS: -mirando a Dabi- ¿Por qué haces esto...?

Dabi soltó un suspiro, frustrado por la resistencia de Hawks pero también intrigado por la conexión que sentía. Lo empujó suavemente contra la pared, sus ojos reflejando una mezcla de deseo y desafío.

DABI: -casi en un susurro- Porque no puedo sacarte de mi cabeza.

Hawks lo miró, sus pensamientos y emociones enredados en un caos incontrolable. Antes de que pudiera responder, Dabi se apartó, cerrando la puerta de la celda con un estruendo final. Hawks se dejó caer al suelo, su mente nublada por lo que acababa de ocurrir.

En su habitación, Dabi se dejó caer en la cama nuevamente, mirando la pluma de Hawks con una mezcla de deseo y frustración. Sabía que esta batalla con Hawks apenas comenzaba y que ambos estaban enredados en un juego peligroso y profundamente personal.