el amanecer

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Hawks despertó lentamente, sintiendo el calor del sol que se filtraba a través de las cortinas. Sus piernas y caderas protestaron dolorosamente por el esfuerzo de la noche anterior. Con cuidado, se giró hacia Dabi, quien yacía profundamente dormido a su lado. La noche anterior había sido intensa, sino por una discusión acalorada que había dejado a Dabi visiblemente molesto y celoso.

Intentando no perturbar el sueño de Dabi, Hawks se movió con cuidado, pero un dolor agudo lo obligó a contener un gemido. Dabi, sensible a cualquier cambio, comenzó a despertar lentamente. Una sonrisa apareció en el rostro de Hawks al ver a Dabi despertarse.

DABI:  Buenos días, pájarito -Dabi murmuró con voz ronca, parpadeando lentamente mientras se despertaba del todo-

Hawks le devolvió la sonrisa con ternura.

HAWKS: Buenos días, fuego azul. Creo que exageraste un poco anoche..

Dabi se incorporó ligeramente, preocupado.

DABI: ¿Te encuentras bien?

HAWKS: Solo un poco de dolor muscular, nada grave. -Hawks trató de restar importancia, aunque sabía que no podía engañar a Dabi con facilidad-

DABI: Deberías descansar más.

Dabi acarició suavemente su mejilla, sus ojos mostrando una mezcla de preocupación y algo más profundo que Hawks no pudo identificar de inmediato.

Hawks negó con la cabeza con una sonrisa irónica.

HAWKS: ¿Qué tienes en mente? -preguntó Hawks con curiosidad, aunque ya tenía una ligera sospecha de las intenciones de Dabi.-

Dabi sonrió pícaramente y lo atrajo hacia sí, rodeándolo con un brazo con delicadeza pero firmeza. Sus dedos trazaron líneas suaves por la espalda de Hawks, explorando cada contorno con cuidado.

DABI: En primer lugar, un buen desayuno para recargar energías. Luego, tal vez una sesión de terapia de besos para sanar.

Dabi murmuró, su voz ronca enviando un escalofrío de placer por la espina dorsal de Hawks.

Hawks rió suavemente, disfrutando del juego de palabras de Dabi.

HAWKS: Eso suena como un plan perfecto.

Dabi se inclinó lentamente hacia adelante, sus labios encontrando suavemente los de Hawks en un beso cálido y tranquilizador. Hawks cerró los ojos, dejándose llevar por la suavidad y la intimidad del momento. Las manos de Dabi recorrieron suavemente su espalda, como si quisiera memorizar cada centímetro de su piel.

Después de un momento que pareció tanto eterno como fugaz, Dabi se apartó ligeramente, su frente descansando contra la de Hawks.

DABI; ¿Mejor?

Hawks asintió con una sonrisa radiante, incapaz de ocultar la felicidad que sentía en ese instante.

HAWKS: Mucho mejor. Gracias, Dabi.

Dabi acarició suavemente la ala de Hawks con la yema de los dedos, haciendo que éste se retorciera ligeramente en la cama, con una risita traviesa escapándose de sus labios.

DABI:  Siempre estaré aquí para ti, pájarito. No tienes que cargar todo el peso del mundo solo.

Hawks sintió un nudo en la garganta, abrumado por la sinceridad de las palabras de Dabi. Era reconfortante saber que tenía a alguien a su lado que lo entendía tan profundamente.

HAWKS: Lo sé. Y yo también estoy aquí para ti, fuego azul.

Hawks respondió con voz suave pero firme, prometiendo con sus palabras y gestos que estarían ahí el uno para el otro, pase lo que pase.

Se quedaron un momento más así, envueltos en la calidez del amanecer y el consuelo mutuo que solo encontraban el uno en el otro.

Fuego Y PlumasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora