confesiones y caricias

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Hato estaba acomodando la cama adicional en su habitación cuando notó que Ren lo observaba, nervioso.

HATO: -ajustando las sábanas- ¿Está todo bien, Ren?

Ren, con la voz baja y temblorosa, finalmente se armó de valor y se le declaró a Hato.

REN: -susurrando- Te amo...

Hato dejó de arreglar la cama y miró a Ren con una amplia sonrisa. Se acercó a él y, sin decir una palabra, lo abrazó.

HATO: -sonriendo- Yo también te amo, Ren.

Ambos se besaron, primero con suavidad, pero los besos se fueron intensificando. Cayeron en la cama, y Ren, aún sonrojado, miró a Hato.

REN: -nervioso- Hato, yo... no estoy listo aún para... ya sabes...

Hato le devolvió una sonrisa comprensiva y le acarició el rostro.

HATO: -suavemente- No te preocupes, Ren. No haremos nada que no quieras. Puedo...¿Puedo besar tu cuello?

Ren asintió, aún nervioso pero con confianza en Hato.

REN: -tímidamente- Sí, está bien.

Hato bajó con cuidado, sus labios encontrando el cuello de Ren. Ren sonreía, sintiendo una mezcla de nervios y placer con cada beso de Hato. Era la primera vez que experimentaba algo así, y no pudo evitar sonreír mientras sentía los labios de Hato en su piel.

REN: -susurrando- Hato...

Hato continuó besándolo, disfrutando de cada momento juntos, respetando el ritmo de Ren y asegurándose de que se sintiera cómodo. Los besos en el cuello de Ren eran suaves y llenos de cariño, dejando claro que Hato no tenía prisa y que lo más importante era que Ren se sintiera amado y respetado.

REN: -sonrojado- Gracias, Hato. Por todo.

HATO: -besando suavemente- Siempre, Ren. Siempre estaré aquí para ti.

La noche avanzó en una atmósfera de tranquilidad y amor. Hato y Ren, ahora oficialmente una pareja, disfrutaron de la compañía mutua, fortaleciendo sus lazos y sabiendo que, sin importar lo que el futuro les deparara, enfrentarían todo juntos.

CONFESIONES NOCTURNAS [+18]

Ya era de madrugada, y Hawks se había levantado a la cocina por un vaso de agua. Al pasar por la sala, vio a Ren sentado en el suelo, mirando por la ventana.

HAWKS: -sentándose a su lado- ¿Qué haces despierto a esta hora, Ren?

Ren sonrió nervioso, evitando mirar directamente a Hawks.

Ren: -tímidamente- Ayer en la tarde tuve un problema con mis padres. Les conté sobre mi sexualidad y... no lo tomaron bien. Me aterra la idea de volver a casa.

Hawks, conmovido, lo abrazó, tratando de calmarlo. En medio del abrazo, Hawks notó algo en el cuello de Ren: un chupetón.

HAWKS: -con suavidad, pero serio- Ren, ¿qué pasó aquí?

Ren se sonrojó intensamente y bajó la mirada.

REN: -avergonzado- No... no lo hicimos, Hato y yo. Solo... nos besamos.

Hawks miró a Ren con seriedad por un momento, pero luego sonrió.

HAWKS: -bromeando- Está bien, solo no se pasen todavía. Son muy jóvenes.

Ren asintió, agradecido por la comprensión de Hawks. Ambos se levantaron y se dirigieron a sus respectivas habitaciones. Al entrar en la suya, Ren vio a Hato medio dormido. Ren se sentó en la cama y, al instante, fue abrazado por Hato.

HATO: -murmurando, aún medio dormido- ¿Todo bien, Ren?

REN: -susurrando- Sí, todo bien.

Hato comenzó a besar el cuello de Ren nuevamente, pero esta vez sus besos estaban acompañados de caricias más íntimas, que hicieron que Ren se estremeciera.

REN: -con voz temblorosa- Hato...

Hato se detuvo, mirándolo a los ojos.

HATO: ¿Estás listo para esto, Ren? No quiero presionarte.

Ren, sintiendo una mezcla de nervios y determinación, asintió.

REN: -con una sonrisa- Sí, Hato. Estoy listo. Si tú quieres hacerlo, yo también.

Hato sonrió y sacó un paquete de protección de su mesita de noche, asegurándose de que ambos estuvieran seguros. Lentamente, ayudó a Ren a desvestirse, mientras continuaba besando su cuello y susurrándole palabras de amor.

HATO: -susurrando- No hagamos mucho ruido, ¿vale? No queremos despertar a mis padres ni a mis hermanos.

Ren asintió, tratando de contener sus gemidos, pero no pudo evitar soltar algunos suaves mientras Hato lo acariciaba. Los movimientos de Hato eran lentos y cuidadosos, siempre atento a las reacciones de Ren.

HATO: -preocupado- ¿Estás bien? ¿Te duele?

REN: -jadeando- No~ estoy bien... sigue, por favor~

Hato sonrió y continuó, entrando en Ren con cuidado. Ambos jóvenes compartieron un momento de intimidad, con Hato moviéndose despacio y Ren gimiendo de vez en cuando, tratando de mantener el volumen bajo.

HATO: -jadeando- Te amo, Ren...

REN: -con voz temblorosa- Yo también te amo, Hato...

La noche avanzó, y ambos jóvenes se entregaron el uno al otro, fortaleciendo su relación y sabiendo que, pase lo que pase, siempre se tendrían el uno al otro. Después de su momento íntimo, se quedaron abrazados, disfrutando de la cercanía y la paz que sentían juntos.

Fuego Y PlumasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora