la tortura de la esperanza

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Ya era de noche. Dabi seguía colgado, sus músculos adoloridos por la tensión constante. El único alivio que tenía era una pequeña ventana sin vidrio, por donde corría un poco de aire fresco. A lo lejos, Dabi pudo ver el hospital donde se encontraba Hawks. Suspiró con tristeza, recordando todo lo que había pasado.

De repente, escuchó pequeños pasos acercándose. Se movió un poco, haciendo sonar las cadenas, y vio a Shigaraki aparecer en la puerta. Shigaraki entró y se sentó en una silla frente a Dabi, con una sonrisa maliciosa. Entre sus dedos, tenía una pluma de Hawks.

DABI: ¿Cómo obtuviste esa pluma? -gritó, furioso-

Shigaraki solo rió y guardó la pluma en su bolsillo. Se levantó y se acercó a Dabi, agarrando su cintura y pegándolo a él.

SHIGARAKI: Si quieres la pluma, tendrás que quitármela tú mismo.

Dabi desvió la mirada hacia la ventana, tratando de ignorar la proximidad de Shigaraki. Pero Shigaraki lo agarró bruscamente, obligándolo a mirarlo a los ojos.

SHIGARAKI: No me ignores, Dabi. ¿Quieres a Hawks? Entonces demuéstrame tu lealtad.

Dabi intentó liberarse, pero las cadenas y la fuerza de Shigaraki lo mantenían en su lugar. La frustración y la impotencia se apoderaron de él.

DABI: Haré lo que quieras... pero deja a Hawks fuera de esto.

Shigaraki sonrió, complacido con la respuesta.

SHIGARAKI: Eso es lo que quería escuchar. Ahora, demuéstrame tu compromiso.

Shigaraki soltó a Dabi y se alejó unos pasos, dándole un respiro momentáneo. Luego, se giró y caminó hacia la puerta.

SHIGARAKI: Tienes hasta mañana para decidir si estás conmigo o contra mí, Dabi. Y recuerda, Hawks está en el hospital... pero por cuánto tiempo, depende de ti.

Dabi cerró los ojos, tratando de controlar su respiración. La presión era insoportable, pero sabía que tenía que encontrar una manera de proteger a Hawks, sin importar el costo.

Cuando Shigaraki salió, Dabi quedó solo en la habitación, colgado y agotado. La pluma de Hawks seguía siendo un recordatorio constante de lo que estaba en juego. Dabi sabía que debía actuar con cautela, pero también sabía que no podía fallar. La noche se hizo eterna mientras Dabi intentaba pensar en una solución, una manera de salvar a Hawks y redimirse.

Finalmente, el sueño lo venció, pero incluso en sus sueños, la imagen de Hawks y la amenaza de Shigaraki lo perseguían.

Fuego Y PlumasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora