Fuego Y Plumas

el perdon de la mañana

La luz del amanecer se filtraba suavemente por las cortinas, iluminando la habitación del hospital. Hawks se encontraba en su camilla, sus ojos entreabiertos mientras luchaba por despertar completamente. Al girarse, notó una hoja en la mesita al costado de la camilla. La tomó con manos temblorosas y empezó a leer.

Era una carta de Dabi. Las palabras escritas eran un ruego de perdón, una súplica desesperada por todo el daño que le había causado. Cada línea estaba cargada de arrepentimiento y dolor. Hawks se acurrucó en su camilla, las lágrimas comenzando a correr por sus mejillas.

Hawks, no hay palabras suficientes para expresar cuánto lamento lo que te hice. Mi amor por ti es real, pero mis acciones fueron imperdonables. Te pido perdón, aunque sé que no puedo reparar el daño que causé. Por favor, no dejes que el odio nos separe por siempre.

Hawks sollozaba en silencio, su corazón roto por la traición y el arrepentimiento de Dabi. Miró por la ventana y vio a lo lejos el lugar donde los villanos se escondían, un recordatorio constante del abismo que se había abierto entre ellos.

En ese momento, la puerta se abrió y entró la enfermera. Llevaba una bandeja con medicinas y una jeringa.

ENFERMERA: Buenos días, señor Hawks. Es hora de tu dosis y de revisar tus vendajes.

Hawks intentó secar sus lágrimas rápidamente, pero la enfermera ya había notado su estado emocional.

ENFERMERA: ¿Quieres hablar de lo que te atormenta?

HAWKS: -sacudiendo la cabeza- No... solo... solo necesito un momento.

La enfermera asintió comprensivamente y procedió a administrarle la dosis de analgésicos. Con movimientos cuidadosos, comenzó a revisar las vendas de Hawks, asegurándose de que no hubiera infecciones y de que las heridas estuvieran sanando adecuadamente.

ENFERMERA: Estás progresando bien. Las quemaduras aún necesitan tiempo para sanar, pero estás en el camino correcto.

Hawks asintió levemente, su mente todavía centrada en la carta de Dabi. La mezcla de emociones lo abrumaba: el dolor de la traición, el amor persistente por Dabi, y la incertidumbre sobre el futuro.

ENFERMERA: Recuerde, que tiene que estar en descanso, esas quemaduras están curando pero igual tiene que reposar..

HAWKS: -con voz baja- Gracias...

La enfermera terminó de ajustar las vendas y le dio una palmadita en el hombro antes de salir de la habitación. Hawks volvió a mirar la carta, sus dedos acariciando las palabras de Dabi. Sabía que el camino hacia el perdón y la reconciliación sería largo y difícil, pero en ese momento, decidió dar el primer paso: permitirse sentir y buscar una manera de sanar, tanto su cuerpo como su corazón.