Capitulo 73: Adivina Quien Sigue

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La luz de la mañana entraba tímidamente en la habitación, bañando con un resplandor tenue el cuerpo de Aelyria, que yacía inmóvil sobre la cama. Su respiración era profunda y estable, pero las transformaciones visibles en su apariencia revelaban la magnitud del cambio que había sufrido. Daenerys había permanecido a su lado durante horas, vigilándola con preocupación y amor, sus pensamientos un torbellino de incertidumbre tras lo que la sacerdotisa de Asshai había revelado.

Finalmente, el sonido de un suspiro profundo resonó en la habitación. Los párpados de Aelyria se agitaron y, lentamente, se abrieron. Sin embargo, lo primero que Daenerys notó fue el color en los ojos de Aelyria: ya no eran los vibrantes y profundos tonos de azul que tanto la habían caracterizado. En su lugar, sus iris ahora brillaban con una mezcla inquietante de negro y rojo, una mirada oscura que parecía contener un poder profundo e insondable.

Daenerys se adelantó, con el impulso natural de querer tomar su mano, de hablarle, pero Aelyria no le dirigió ni una mirada. En lugar de eso, su atención fue inmediatamente hacia la puerta.

— "Guardia," llamó Aelyria con una voz que sonaba diferente, más firme, más imponente. Había una nueva gravedad en su tono, como si estuviera imbuida de una energía que no había poseído antes.

Un hombre entró rápidamente en la habitación, inclinado en una reverencia profunda ante la regente de la Casa Graegoris.

— "Mi señora," dijo el guardia, esperando sus órdenes.

Aelyria lo miró por un momento, sus ojos entrecerrados con un aire de concentración calculada. Luego, habló con una frialdad que incluso a Daenerys le resultó inquietante.

— "Toma dos dedos de la mano de Arya Stark," ordenó Aelyria, su voz carente de emoción. — "Guárdalos en una caja, una de plata. Luego, adjunta una nota. En ella escribirás: *'Ya fue Arya. Ahora adivina quién es el siguiente.'* Quiero que esa caja llegue a su destinatario antes del anochecer."

El guardia asintió, sorprendido por la orden pero sin atreverse a cuestionar nada. Con un rápido movimiento, se retiró para cumplir con la macabra tarea. Mientras salía, Daenerys lo miraba con incredulidad antes de volver su atención a Aelyria, quien permanecía imperturbable en la cama, su mirada fija en el techo como si ya estuviera planeando su próximo movimiento.

— "¿Qué estás haciendo?" preguntó Daenerys, su voz baja pero cargada de una preocupación evidente. Se acercó a la cama, sus ojos buscaban los de Aelyria, pero esta parecía no estar dispuesta a devolvérsela.

— "Lo que es necesario," respondió Aelyria con una calma inquietante. — "No podemos permitirnos perder el control en esta guerra. Arya Stark fue solo el comienzo de lo que vendrá, y necesitamos que nuestros enemigos lo sepan. Ellos han jugado con las sombras, pero yo ahora soy una con ellas. Y no dudaré en usarlas contra ellos."

Daenerys sintió un escalofrío recorrerle la espalda. La mujer que estaba delante de ella, aunque seguía siendo Aelyria, parecía más distante, más fría. ¿Era este el precio del poder que había adquirido? Las sombras, la magia antigua, ¿habían cambiado algo más profundo en su ser?

— "Aelyria..." comenzó Daenerys, tratando de encontrar las palabras correctas. — "Lo que estás haciendo... esto no es necesario. La guerra ya es lo suficientemente brutal sin tener que enviar amenazas como esas."

Aelyria finalmente la miró, sus ojos negros y rojos destellando bajo la luz tenue de la mañana.

— "Esto no es una amenaza, Daenerys. Es una advertencia. Ellos ya han cruzado demasiadas líneas, y ahora es nuestro turno de tomar el control. El caos ya está aquí, y solo aquellos que estén dispuestos a ensuciarse las manos sobrevivirán."

Hijos del Fuego y de la SombraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora