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↪︎ Kai no era tan ruidoso ni bullicioso como los otros jugadores de voleibol de Nekoma.
↪︎ Estaba tranquilo y en paz, como el ojo en medio de un huracán.
↪︎ No interactuaste mucho con él, a pesar de ser un compañero de tercer año en Nekoma High, pero estabas innegablemente enamorado del hombre.
↪︎ No estabas segura de que él supiera tu nombre, pero ¿cómo no podías admirarlo?
↪︎ Su propia naturaleza te atrajo.
↪︎ Llegó al punto en que fue un poco patético.
↪︎ En algún momento de tu estancia en Nekoma, escuchaste que a Nobuyuki le gustaban las uvas de mar, así que comenzaste a dejarlas en su escritorio.
↪︎ Después de una semana de encontrar uvas de mar sin marcar en su escritorio, Nobuyuki comenzó a encontrar una nota adjunta a ellas.
↪︎ Cada día a partir de ese momento, las uvas de mar u otros dulces cambiarían de posición, insinuando la nota dónde estarían al día siguiente.
↪︎ Y cada día te castigarías a ti mismo.
↪︎ ¿Por qué hiciste esto por un hombre que no sabía que existías?
↪︎ Sin embargo, seguiste jugando a la búsqueda del tesoro con el vicecapitán del club de voleibol hasta que apareció un paquete de caramelos de leche en medio de un círculo de piedras en un parche de nomeolvides silvestres.
↪︎ A partir de ese día, cada dulce se encontraría en el mismo lugar.
↪︎ Sí, llegarías temprano todas las mañanas solo para poner uno allí.
↪︎ Y no, Nobuyuki nunca vigilaría el lugar para ver quién eres.
↪︎ Él respetó tu privacidad y pensó que te revelarías en el momento adecuado.
↪︎ Había pasado un mes cuando recibiste tu primera respuesta.
↪︎ Esa mañana, en lugar de dulces o uvas de mar, habías colocado un pequeño paquete de nomeolvides envuelto en hilo con una nota escrita a mano que decía 'no me olvides'.
↪︎ Al día siguiente, cuando te abriste paso a través del campo de flores, encontraste que los nomeolvides habían sido reemplazados por un ramo de zinnias amarillas, lo que significaba recuerdo (se había llevado las flores del día anterior a casa y las había puesto en un jarrón) y casi dejaste caer la bolsa de uvas de mar que tenías en la mano.
↪︎ La nota que estaba al lado de las flores decía 'No podría ni aunque quisiera', escrita con letra de Nobuyuki, y daba la sensación de que debería estar enmarcada y colgada en un museo.
↪︎ Así de bajo habías caído.
↪︎ Más allá de ese día no habías recibido nada más de Nobuyuki y habías vuelto a caer en tu patrón original.
↪︎ Eso fue hasta una mañana de principios de otoño, cuando empezaba a hacer más frío y te sorprendiste al ver algo tirado en tu lugar.
↪︎ Eran tres caramelos y un trozo de papel que decía: "Soy un fanático de ti".
↪︎ Cursi, pensaste, pero no lo quisiste de otra manera.
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