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. ｡. " ¡ Gritando , pero papá lo amo ! " . ｡. ✿
Osamu siempre supo que serías una buena madre. Desde el momento en que te conoció en la enfermería durante su primer año, irradiabas esa aura. Siempre estabas dispuesta a ayudarlo cada vez que él y Atsumu se peleaban o él se lastimaba jugando voleibol. Dejabas todo para ir a ayudarlo a la enfermería.
Claro, no fue exactamente inteligente que te saltearas las clases en las que Osamu te necesitaba, pero ese era tu trabajo. Después de todo, eras la asistente estudiantil de enfermería.
No tuviste el coraje de hablar con él hasta su cuarta aparición allí, sí, le habías dado tu número solo para que pudiera enviarte mensajes de texto si necesitaba ayuda, pero ustedes dos solo se enviaron mensajes de texto cuando él estaba herido. (No tenías idea de cuántos mensajes de texto de "¿Estás despierto?" había querido enviarte para ver si respondías)
En realidad, fue un accidente decirle tus primeras palabras reales . Fueron simplemente por la sorpresa que te produjo ver que tenía el labio abierto y la mandíbula que empezaba a dolerle. "¿Qué te pasó?", preguntaste, rozando ligeramente con la mano la mandíbula del chico, ahora amoratada.
Eso fue hace un millón de años en la mente de Osamu, cuando en realidad solo habían pasado siete. Mucho había cambiado desde que te conoció, empezaron a salir juntos poco después, y luego se casó contigo, abrió su propio negocio de onigiri, y todo condujo hasta aquí, a los dos cocinando en la cocina. "Samu, ¿puedes traerme un cuenco? No hay ninguno en el tendedero y tengo las manos sucias". Tu linda voz lo sacó del extraño trance en el que se encontraba mientras te veía trabajar. "Lo que sea por ti, nena", susurró mientras se inclinaba sobre tu cabeza y tomaba un cuenco limpio para ti.
