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"¿Estás seguro de que no estás saliendo con (T/N)?", le pregunta de repente Osamu a su hermano durante un almuerzo tranquilo entre los dos.
Atsumu se atraganta con los granos de arroz que tiene en la boca, tose violentamente y se golpea el pecho. Cuando finalmente se calma, lanza una mirada fulminante a su hermano. "¿Qué diablos, 'Samu?"
"Esa no es una respuesta", continúa presionando Osamu.
—¡No lo somos! —responde Atsumu, tomando un trozo de pollo katsu con sus palillos—. No me gustan así. A ellos no les gusto así. Solo somos amigos.
El rojo brillante y rosa de sus orejas dicen lo contrario. Verás, Osamu conoce a su gemelo mejor que a sí mismo. Él sabe que todo lo que sale de la boca de Atsumu es un montón de basura. ¿Solo amigos? Sí, jodidamente cierto.
Osamu nunca ha visto a su hermano mirar a nadie como te mira a ti, la luz de las estrellas y la adoración pura arremolinándose en sus iris. Actúa como si cada una de tus palabras fuera una profecía estremecedora enviada por los cielos. Sus ojos color miel miran fijamente y sonríe tan suavemente que lo enferma.
Los amigos no son tan cariñosos como ustedes. Se toman de la mano como si nada. Con los dedos entrelazados, Atsumu trazará su pulgar por el dorso de tu mano sin razón aparente. Cuando estés aburrido, tomarás la mano de Atsumu en tu regazo y jugarás con ella, doblando sus dedos, comparando tamaños de manos y pasando un toque ligero como una pluma por la extensión de su palma para ver si reacciona.
Osamu se da cuenta de cómo nunca pierdes la oportunidad de encontrar un asiento en el regazo de su hermano. Ya sea que no haya ningún asiento disponible o haya diez libres, siempre elegirás a Atsumu. Y no es como si se estuviera quejando por eso. De hecho, Osamu piensa que lo espera porque Atsumu nunca querría perder la oportunidad de asegurar sus brazos alrededor de tu cintura y susurrar en tu oído en medio de una conversación fuerte.
y no puedes olvidar los abrazos, y los abrazos que duran más de lo debido, y la forma en que ahuecas la cara de Atsumu, y la forma en que juegas con su cabello rubio.
Eres la única persona a la que Atsumu le permite usar su camiseta para su juego. Él se asegura de que obtengas el mejor asiento para verlo jugar. Osamu no extraña la forma en que su gemelo te mira antes de cada servicio o la forma en que aplaudes más fuerte cuando anota un ace.
Osamu no cree que alguien a quien "no le gustas" piense en ti cada vez que hace compras. "A (t/n) le gusta este bocadillo". "A (t/n) le encantaría esta camiseta". "Oh, hola, (t/n) me mostró esto". "Samu, ¿debería comprarle esto a (t/n)?".
Osamu nunca había visto a dos personas tan locamente enamoradas antes. Él no sabe cómo es que aún no se han dado cuenta. Y no puede seguir jugando porque el katsu de Atsumu se ve realmente bien en este momento.
—Bien... —Osamu decide responder, mojando su pollo en la salsa tonkatsu—. Espero que se diviertan en la cita que tienen hoy.
Los palillos de su hermano caen sobre la mesa antes de rodar al suelo. La visión de la boca abierta de Atsumu llena de arroz es desagradable, y Osamu tiene que reprimir su risa.
"¿No te lo dijeron?" Osamu levanta una ceja.
—¡¿No?! —Atsumu se levanta de repente y golpea la mesa con las palmas de las manos.
"Sí, creo que se irán pronto". Osamu miente fácilmente. No hay fecha. Pero, por supuesto, ¿realmente necesita 'Tsumu saber eso?
El gemelo rubio prácticamente sale corriendo de la mesa del comedor y de la casa. Cuando la puerta se cierra de golpe, Osamu sonríe para sí mismo y toma el plato sin terminar que tiene delante.
"Puede agradecerme más tarde."
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