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Había pasado poco tiempo desde que iniciaste una relación con el futuro as de Shiratorizawa, Goshiki, y desde entonces, todo ha sido maravilloso para ustedes dos. ¡Y hoy también sería un momento maravilloso, ya que iban a tener una cita!
Y este definitivamente sería un día perfecto, todo definitivamente saldría bien, ¿verdad?
...¿Bien?
Ese pensamiento fue quemado por completo por las llamas del infierno cuando Goshiki metió la mano en su bolsillo y no pudo encontrar su billetera. En ese momento el pobre muchacho sintió que su alma abandonaba su cuerpo.
Y ni siquiera podía regresar a su casa y recuperarlo, ya estaba demasiado lejos de su casa para eso.
Él ya te estaba esperando en el punto de encuentro que habíais acordado y aún no habíais llegado. Lo único que estaba pensando en ese momento era: ¿Cómo te explicaría la situación?
Desde que iniciaron su relación, a Goshiki siempre le ha gustado consentirte, darte tus bocadillos favoritos, llevarte a pasear a algún lugar que te guste e incluso comprarte regalos, aunque no fueran esos regalos elegantes y costosos, siempre te encantó el cariño que él tiene para recordar las cosas que te gustan.
Y ya que no tiene dinero, ¿cómo podrá hacerte feliz?
Sus pensamientos desesperados se detuvieron en el momento en que sintió un pequeño pinchazo en el hombro.
"Tsu, ¿estás bien? Te estaba llamando pero no me escuchaste..."
El lindo apodo que le diste hace un tiempo hizo que su corazón se acelerara, pero aún así no fue suficiente para sacarlo de la desesperación que sentía por toda la situación.
"N-No- Quiero decir que sí!! Todo está bien! Jejeje..." dice nervioso. Pensaste que solo era tímido por la cita, ya que siempre tiene la misma reacción cuando te ve, así que no te importó demasiado y tomaste su mano, guiándolo hacia su destino.
"¡Vi que hace poco abrieron aquí una cafetería muy linda! ¿Qué te parece si vamos allí?", dices con un tono emocionado. "Bueno... ¡C-Claro! ¡Vamos!"
Goshiki se maldijo internamente por no tener el coraje de contarte la situación. Generalmente era conocido por ser un chico muy ambicioso y valiente, después de todo incluso le dijo en la cara al gran As de su equipo que un día lo superaría. Pero siempre que se trataba de ti, parecía que su mundo se desestabilizaba, realmente le gustas y quiere hacer todo lo posible para impresionarte y obtener lo que mereces, por lo que si algo que hace por ti sale mal, puede enojarse mucho consigo mismo.
Solo se dio cuenta de que había llegado a la cafetería cuando escuchó el timbre de la puerta al entrar al acogedor espacio. El aroma de los granos de café moliéndose y los panes dulces que salían del horno llegó a sus fosas nasales, lo que lo entristeció, al saber que no podría comprar lo que quería en ese momento.
—¿No te dije que era súper lindo? Nunca me equivoco en mis recomendaciones, ¿verdad? —dices con una sonrisa en tu rostro, que pronto desaparece cuando sientes un apretón en tu mano—. Lo-lo siento [nombre]... —mira al suelo con expresión triste, como si no te hiciera contacto visual.
—Goshiki, ¿qué pasó? —Extiendes ambas manos para cubrirle el rostro y levantarlo para poder verlo mejor—. Sabes que siempre puedes contarme todo, ¿no? No me enojaré contigo. —Goshiki se detiene por un momento, pero luego suspira y finalmente te dice lo que lo preocupa—. Es solo que... olvidé mi billetera...
Después de eso se hizo el silencio. En ese momento él estaba convencido de que pelearías con él, o peor aún, que lo dejarías. Pero todo eso se esfumó cuando escuchó tu pequeña risa, esa risa que siempre le alegraba el día.
—Tsu, ¿eso es lo que te preocupaba? Sabes que yo también tengo dinero, ¿verdad? —P-pero... ¡entonces no podré hacerte feliz...! —Le dedicaste una dulce sonrisa y luego le plantaste un suave beso en los labios, una acción que lo hizo sonrojarse furiosamente en el mismo segundo.
—¡Idiota, el solo hecho de tenerte aquí conmigo me hace feliz! No te preocupes más por eso, ¿de acuerdo? —le tomas la mano de nuevo y lo guías hacia la vitrina de postres, señalando una deliciosa rebanada de pastel—. ¿Qué tal este? Creo que solo tengo dinero suficiente para un trozo... ¡pero también debería alcanzar para una bebida! Antes de que pueda protestar, te diriges directamente a la caja registradora, en dirección a realizar tu pedido.
Después de pagar, te sientas en una mesa cerca de la ventana, con una rebanada de pastel y un moca.
—N-no tenías por qué hacer eso... —dice Goshiki con un tono preocupado—. Bueno... ¡es que siempre me compras cosas, así que también quiero consentirte! —tomas un trozo de pastel con tu cuchara y se lo llevas a la boca—. Ya sea con dulces u otras cosas que te gusten, ¡quiero hacerte feliz, como tú lo haces conmigo todos los días!
En ese momento, el niño sintió que su corazón se calentaba con tu gesto de amor hacia él.
"¡TE AMO TANTO!" grita emocionado, abriendo la boca para comer el pedazo de pastel que le ofreciste. Algunas personas lo miraron con enojo por gritar en un espacio que se suponía que era relajante, pero a ti no te importó en absoluto.
En esta agradable tarde, ustedes dos compartieron un postre que seguramente volverían a comer, pero el postre no fue tan dulce como el amor de Goshiki por ustedes.
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