¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ver una película no es el método ideal de Kita Shinsuke para relajarse después de un largo día.
Claro que un documental ocasional puede ser relajante, pero él considera que abrir un libro nuevo o reorganizar los gabinetes de la cocina son actividades mucho más efectivas para desconectar su mente durante la noche.
Sin embargo, ahí está, acurrucado en el sofá, buscando entre las opciones de películas la que tú has estado queriendo ver. Se desplaza por los íconos mientras tú haces un alboroto en la cocina calentando palomitas de maíz en el microondas, sacando de la cocina las golosinas y preparando una ensalada de papas fritas, todas cosas que a Kita tampoco le gustan demasiado.
Hace clic en la clásica comedia romántica y se recuesta en el sofá, observando cómo te apresuras a colocar los múltiples cuencos y bolsas en un revoltijo sobre la mesa de té. Las cejas de Kita se fruncen un poco ante el desorden que dejas, las migas cayendo al suelo en tu apresurada preparación.
"Perdón por la espera, ¡ya estoy listo!"
Él tararea y pulsa "play".
Te acurrucas a su lado, contento de poder picotear su buffet de comida chatarra mientras se reproduce la película.
Kita observa con cierto interés, reprimiendo de vez en cuando un bostezo, pero aguanta porque sabe lo que le espera.
Una hora después, tus manos todavía están quietas, y tu tentempié se detiene. Kita observa cómo doblas las piernas sobre el sofá, empujándote más hacia su costado. Cuando sus manos se enroscan alrededor de tu cintura, no quitas los ojos de la pantalla mientras lo ayudas a levantarte y sentarte en su regazo. Kita sonríe.
En el punto álgido de la película, cuando la protagonista principal es rechazada por su interés amoroso y se aleja con el corazón roto, Kita siente que colocas tu mano en la de él, entrelazando tus dedos y conteniendo un sollozo silencioso.
No puede evitar la sonrisa que se dibuja en su rostro ni el vuelco en su corazón cuando inconscientemente aprietas su mano mientras ves a los personajes principales reconciliarse y confesarse su amor.
Sí, piensa mientras apoya tu cabeza en el hueco de su cuello, las películas no son tan malas después de todo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
