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A pesar de tu vacilación inicial, cuando Goshiki te invitó a una fiesta para ver el campeonato nacional de voleibol en Tokio (organizado por Tendo), le preguntaste la hora y le dijiste que estarías allí. No es que no te guste el voleibol. Disfrutas bastante viendo los partidos de Goshiki, especialmente teniendo en cuenta el entusiasmo general de Shiratorizawa por su club de voleibol. Es solo que, simplemente, no vives y respiras voleibol como lo hace Goshiki.
Pero Goshiki tiene una manera deliciosamente encantadora de hacer que las cosas parezcan más divertidas. Aunque puede que no seas imparcial (solo con sentarse junto al chico, la más aburrida de las conferencias parece interesante), es evidente para cualquiera que su energía es contagiosa y llena de vivacidad su entorno. Eso es lo que te convenció de venir a esta fiesta llena de gente que en realidad solo conocías por haberlos visto jugar al voleibol. Solo la promesa de compartir un poco de su luz solar.
También sabes que Goshiki no es propenso a decir cosas que no quiere decir, así que cuando te invita a algún lugar, estás seguro de que quiere que estés allí.
Efectivamente, se ilumina cuando te ve entrar al espacio común del dormitorio de los chicos. Tendo, que confía en que Ushiwaka aparecerá en algún momento, y Shirabu ya están allí también, sentados en el sofá. La computadora portátil de Goshiki está en la mesa de café ya sintonizada con la transmisión en vivo de la competencia. Te hace un gesto para que te sientes a su lado en el suelo, con la espalda apoyada en el pie del sofá. Algo se infla en tu estómago.
"Están empezando las ceremonias de inauguración", informa. Se nota que está emocionado por la forma en que le tiembla la rodilla.
"Oh, llego justo a tiempo", dices.
—Sí —asiente—. El equipo de naranja y negro que está ahí, al lado de los de rojo, son de Miyagi. Nos ganaron en las preliminares de primavera.
—Lo recuerdo. Estaba allí con el resto de la escuela. —Te ríes.
—Ah, pero no me viste llorar, ¿verdad?
"Sí, lo hice. Creo que el fotógrafo del anuario también se sacó una foto", bromeas.
"No", se queja.
Es muy fácil estar con él sin reservas. Hace que las cosas vayan más despacio. Hace que todo respire.
A medida que comienzan los partidos, Goshiki va y viene con Tendo y Shirabu, exclamando "¿Viste eso?" y "Vaya, ese servicio fue pésimo". Simplemente lo escuchas con una pequeña sonrisa tonta porque te gusta mucho Goshiki. Te gustan las cosas tangibles, como su olor. No es malo en ningún sentido, es como un niño, único en Goshiki (pero no puedes averiguar si es su detergente para la ropa o qué). Y cómo sus pensamientos se revelan a través de sus expresiones faciales.
Pero también te gustan las cosas que no puedes ver a simple vista. Su pasión por el voleibol y su rivalidad con Ushiwaka. Y la forma en que te hace sentir la mejor versión de ti mismo.
"Ese tipo Kageyama es increíblemente genial", dice Goshiki.
—Eres más guay —le aseguras dándole un golpecito en el hombro.
Él te sonríe, apartando la vista de su deporte favorito. Estás simplemente encantada de estar con él y puedes notar que él también está encantado contigo. Serías una tonta si no te dieras cuenta.
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