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Todo empezó cuando Miya Atsumu dijo que nunca encontrarías a alguien que pudiera soportarte. Y te lo habrías tomado con pinzas si Miya Atsumu no fuera tu ex, que además era un completo imbécil.
"Bueno, saliste conmigo ¿no?"
"Y nos separamos, claro", dice con frivolidad.
Te quedas callada. Sabes que solo está diciendo cosas, que no lo dice en serio y que es un completo idiota. Pero ha pasado casi un año desde la ruptura y ningún hombre se ha ofrecido siquiera a invitarte a una copa. ¿Vas a tener que recurrir a crear un perfil en Hinge?
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"No sé por qué dejas que te afecte. Es un idiota", dice Osamu.
"Tienes que decirlo, es tu hermano", te quejas.
—Es cierto, pero es un idiota.
Dejas caer tu cara pesadamente sobre el codo apoyado en el mostrador y exhalas profundamente.
"No escupas por todas partes donde comen mis clientes".
Gruñes y te das la vuelta para ver a Osamu trabajar detrás del mostrador.
"¿Crees que no soy digno de ser amado?", preguntas.
"¿Eh?"
"Debe haber una razón por la que nadie me ha invitado a una cita en los últimos 8 meses, ¿verdad?"
Osamu suspira y deja un plato de comida frente a ti. "No voy a responder a eso". Luego se da vuelta y te da la espalda para juguetear con algo al otro lado de la cocina.
"¿Por qué no?"
Exhala por la nariz, en voz baja, pero se oye.
No tiene la oportunidad de responder porque la puerta se abre y aparece el gemelo de Osamu. Te levantas de golpe y arreglas tu postura, sintiendo vergüenza de dejar que Atsumu piense que sus palabras te están afectando.
Y con razón, porque Atsumu actúa como un tiburón que huele sangre. Sus labios se curvan en lo que él cree que es una sonrisa burlona, pero se parece mucho más a un gruñido.
"¿Qué te pasa?", pregunta con toda inocencia.
No tienes una buena respuesta y sientes que tu cara se calienta de vergüenza cuando Osamu aparece.
"¿Vas a sentarte o simplemente bloquear mi puerta? Porque hay gente que paga para comer aquí".
Atsumu empieza a gritarle algo a Osamu, pero se tranquiliza en el asiento de al lado y murmura algo para sí mismo, sin duda unas palabras selectas para su hermano. Te da un respiro momentáneo de la provocación de Atsumu, que es lo último que necesitas ahora mismo con tu autoestima por los suelos.
Sin embargo, la pausa es temporal, porque como una verdadera criatura con memoria de corto plazo y una propensión a ser un idiota, Atsumu vuelve al tema cuando termina de comer.
