¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Él te folla como si te odiara.
—Cállate la boca, pequeña zorra .
—Hazlo entonces. ¿Qué? Tengo miedo de que lo haga ...
Interrumpido por un patético gorgoteo: su gran mano alrededor de tu garganta. Sus dedos anillados se aprietan justo encima de tu pulso, el frío metal se clava en tu piel abrasadora.
Tu visión está nublada, la sangre ruge en tus oídos mientras él se inclina hacia abajo, con su musculosa parte delantera pegada a tu espalda. Su aliento es caliente contra tu rostro mientras susurra en voz baja: "Estás hablando demasiado, mi amor. ¿Tú también haces lo mismo con él ?"
Te recorre escalofríos por la columna hasta llegar a tu coño, que palpita y se aprieta furiosamente alrededor de su palpitante punta, acariciando tu goteante entrada, inmóvil.
Tus paredes arden, luchando por estirar su cabeza gruesa, pero aún así queriendo que el bastardo se mueva. Qué provocación. Siempre fue así, incluso cuando ustedes dos estaban juntos, pero esa es una historia para otro momento.
Girándote para mirarlo fijamente por encima del hombro, "¿Y qué si lo hago? ¿Quién eres tú para decirme qué hacer?"
O eres un idiota o eres un genio.
Quizás ambas cosas. Porque sientes su pene dolorosamente duro retorciéndose de forma animal dentro de ti, una sonrisa lenta y peligrosa extendiéndose por esos labios mordidos por besos que conocías demasiado bien. Odiabas lo mucho que los querías sobre los tuyos en ese momento.
—Tienes razón. No soy nadie para ti —murmura con veneno, capturando rápidamente la tierna piel de tu cuello expuesto, clavándote dientes afilados. Marcándote .
Estás nerviosa, tus caderas se sacuden inútilmente contra su agarre contundente en tus caderas mientras él se aleja. Dios, te sentiste tan utilizada , y eso hizo que tus paredes se agitaran a su alrededor tan desesperadamente.
Dos dedos largos se estiran para apretar tus mejillas burlonamente en un puchero patético, obligándote a mirarlo. "Pero voy a arruinarte para todos. Incluido ese pequeño idiota con el que has intentado reemplazarme".
Abre los ojos de golpe, sin darte cuenta de que estaban entrecerrados, y se pierden entre los que se clavan en los tuyos, entrecerrados y con las pupilas dilatadas. La electricidad recorre tu cuerpo ante la lujuria y la rabia puras que se arremolinan en su mirada intensa.
Ustedes dos iban a ser la muerte el uno del otro.
Ustedes dos siempre iban a terminar así.
Apenas has terminado de pensar cuando su punta enrojecida está besando tu cuello uterino de una manera tan dolorosamente buena.
—Ja , joder. Que te jodan. —Pones los ojos en blanco mientras se enfunda completamente en ti. Un siseo bajo sale de sus labios hinchados mientras se retira dolorosamente lento, centímetro a centímetro , con venas prominentes arrastrándose a lo largo de tu punto G.
