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"¿Dónde está mi querida estrellita?"
Levanto la cabeza de golpe, de donde estaba acostada sobre el escritorio, y me dirijo hacia la puerta del aula en busca de mi novia. "Aquí estoy", le respondo, y la risita de Tsukki acompaña mi entusiasmo. Mis ojos permanecen fijos en ella, cada vez más emocionados cuanto más se acerca a mí.
El sonido de sus joyas titilando entre sí se mezcla con el latido de mi corazón, la anticipación de su breve caminata desde la puerta hasta mi escritorio casi me mata. "Hay una luz en mi oscuridad", susurra, sentándose junto a mi escritorio. El cumplido -y solo a ella en general- hace que mis mejillas se calienten, la vergüenza de que todos la escuchen da vueltas en mi cabeza.
Sus manos se posan en mi cabello al instante, acariciándome y aumentando la vergüenza en mi piel. "Buenos días, Tsukki", agrega, tomándose un momento para saludar a mi amiga. Tsukki asiente con la cabeza en señal de reconocimiento.
—Buenos días, mi Luna —le respondo, dándome la vuelta en mi escritorio antes de rodearla con mis brazos por la cintura. Inclino la cabeza y le lleno de besos la muñeca y el antebrazo.
Las demostraciones públicas de afecto solo aumentan mi ansiedad, pero los pequeños toques y besos la hacen feliz, así que hago todo lo posible por dejar de lado mis preocupaciones. Siempre trato de superarlas para que mi Luna pueda estar envuelta en una fracción de la intimidad con la que siempre me colma.
"Tus joyas hoy son de plata", señalo, mirando las pulseras que mis labios acarician, los anillos que se deslizan por mi cabello y los aretes triangulares de plata que tiene.
"Hierro y plomo, cariño", me corrige, mientras sus uñas me rascan suavemente el cuero cabelludo. "Mi horóscopo dice que mi día "estará hecho de la luz de la felicidad. A pesar de las alegrías del día, surgirán dificultades para tomar decisiones, así que vuélvete hacia el cielo en busca de sabiduría". Así que, estaño para la sabiduría y plomo para la conexión a tierra que me ayude a mantener mi felicidad".
"¿Y los pendientes de triángulos por qué?"
"Los triángulos ayudan a manifestar una base sólida y también sabiduría".
Mi novia es "espiritual". Nunca estoy completamente seguro de lo que eso significa, pero me he dado cuenta de algunas de las cosas que están mal vistas en sus prácticas religiosas. No se pueden apagar las velas, no se puede tocar nada que esté en los alféizares de las ventanas y bajo ninguna circunstancia se me permite tocar nada que esté sobre la mesita con el mantel rojo.
Las pocas veces que me he equivocado en la última, me he quedado de rodillas, pidiendo perdón a lo que ella llama una deidad. No recuerdo cómo se llama su deidad ni qué deidad es. Romana o griega o tal vez una de las cristianas. No lo sé, pero sé que no debo enfadar a ese ser divino. También sé que debo saludar a esa deidad cuando entro y salgo de la habitación.
