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—¡¿E-eh?! ¡Woah uh espera! ¡Yo uh! ¡No, no lo hagas! —protestó, observando cómo tu mano recorría su muslo. Estabas frotando pequeños círculos en sus muslos debajo de la manta. Tú y él eran amigos, lo han sido por un tiempo. Por supuesto, sabías que él era un tipo de persona que no quería sexo. Te invitó a ver una película y ahora estabas tratando de insinuarle algo. ¿Por qué no lo harías? Él es jodidamente sexy.
—¡Sabes que no hago esas cosas! Estoy esperando hasta el matrimonio —continuó, con la respiración entrecortada. Podía sentir que se desmoronaba bajo tu tacto. Su rostro estaba sonrojado de un rojo oscuro.
—¡Oh, vamos! No seas tan mojigata... mira lo bonita que es tu polla. Se puso erecta tan rápido... tan pronto como puse mi mano aquí —le diste una sonrisa inocente.
Tragó saliva levemente, sacudiendo la cabeza lentamente, hundiéndose en el sofá en el que ambos estaban. Estaba ansioso, respirando rápidamente. Cerró los ojos, apretando la palma de la mano en un puño para sentir su anillo de pureza.
—No... estoy esperando hasta el matrimonio —se sonrojó.
Te mordiste el labio ligeramente, verlo tan nervioso te excitó muchísimo. Querías esos mismos dedos dentro de ti, oh, qué erótico sería para él follarte con los dedos con su lindo y pequeño anillo de pureza puesto.
—Shoyo, por favor —tarareaste, moviendo la mano un poco más hacia arriba. Su pene se contrajo ligeramente, hizo una mueca ante la sensibilidad. —Te haré sentir muy bien~ —bromeaste, acariciando su pene palpitante.
Él te miró con ojos suplicantes. Su mente le decía que era una mala idea... pero su polla simplemente la necesita. Él nunca ha sido del tipo que cede ante ninguna tentación, ni siquiera vería porno. Pero ahora que estás frente a él, con tus pechos aplastados contra su brazo, tu mano en su muslo, eso lo hizo repensar.
—Déjame mostrarte cómo se siente sentirse tan bien... —susurras en su oído. Él dejó escapar otro suspiro tembloroso y te miró. Tus ojos eran tan seductores que se sintió atraído por ellos.
"No..."
"Por favor, shoyooo~" cantabas levemente, tus dedos jugueteando con la cinturilla de sus pantalones cortos.
...
—Muéstrame... —murmuró, apartando la mirada de ella. Era demasiado vergonzoso. Ni siquiera podía creer que esas palabras escaparan de su boca. ¿Por qué se sentía tan cachondo? ¿Por qué quería meter su polla dentro de ti? Se preguntó cómo se vería, cómo se sentiría... tus paredes gomosas aferrándose a su polla dura... la humedad... la suavidad.
Sonríes para ti misma, agarrando su barbilla para mirarte. Querías ver su linda carita sonrojada.
"¿Cómo debería mostrarte qué hacer? Tal vez necesites ver lo que vamos a hacer pronto, ¿eh? ¿Alguna vez has visto pornografía?"
