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Dios mío, solo pensar en un señor, Yū Nishinoya, está en tu casa entre sus viajes, pasando cada segundo que tiene contigo antes de tener que irse de nuevo. Su cabello todavía está húmedo por la ducha mientras se desploma en tu cama, mirando los papeles esparcidos sobre el edredón y tu computadora portátil abierta.
—¿No deberías tomarte un descanso? —Su barbilla descansa sobre tu hombro, su aliento se desliza contra tu cuello.
Un escalofrío te recorre el cuerpo y cierras los ojos. "No puedo dormir, así que pensé en trabajar".
La mirada de Nishinoya pasa de la computadora portátil a tu expresión ligeramente nerviosa, con una sonrisa diabólica formándose en la comisura de su boca.
El criminal sabe exactamente lo que hace cuando presiona sus labios contra el hueco de tu cuello y desliza su lengua sobre tu punto de pulso de una manera que te hace temblar.
Se oye un clic suave y cuando miras hacia abajo su mano está con la palma hacia abajo, sobre el exterior de la pantalla de tu computadora portátil.
—Solo concéntrate en mí, nena, me aseguraré de que duermas bien por la noche. —Pero no antes de que se arrodille y te haga correrte en sus dedos una vez y en su lengua dos veces, cediendo solo cuando lo empujas físicamente con tu mano, tus dedos enroscándose entre hebras húmedas de cabello negro y rubio platino.
Hará pucheros, luciendo como la inocencia encarnada cuando apoye su mejilla contra tu muslo, su boca mojada con algo más que saliva. "¿No puedes darme solo uno más? Solo uno más en mi polla, ¿de acuerdo?"
Sin embargo, cualquier bravuconería que tuviera se esfuma en el momento en que está dentro de ti, y un siseo se escapa de sus labios cuando sus caderas están al ras de las tuyas.
—E-estás tan apretada —su mano callosa se desliza entre el valle de tus senos, flotando sobre tu abdomen antes de presionar tu abdomen inferior, justo donde está cómodamente dentro de ti—. ¿Solo para mí, eh? Mi propia zorra personal.
Él no está satisfecho hasta que estás chorreando, hasta que sus abdominales y caderas están empapados de tu esencia.
Y después, cuando lo mires con ojos borrosos y respiraciones pesadas, él te devolverá la sonrisa, con un brillo en sus ojos.
"Hazlo otra vez."
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